Byul estaba paralizada ante la ropa que Seulgi había traído. Simplemente no había manera de ocultar alguna parte de su piel. Aún seguía boquiabierta. Su cama estaba repleta de distintos croptops, shorts, minifaldas y mallas. Su escritorio, repleto de accesorios. Pudo escuchar a alguien entrar y luego saludar a Seulgi. Era HyeJin. Justo lo que le faltaba, las dos reinas del exhibicionismo juntas.
Lo que vio al saludarle incluso le asustó, y no era que HyeJin se viese mal, sino todo lo contrario: estaba usando un vestido rojo, corto, de tirantes, con escote en v, su cabello estaba suelto y en sus pies, tenía unos tacones de aguja dorados.
–¿Saliste virgen de tu cuarto o Wheein te vio? –preguntó Byul, aún impactada. HyeJin solamente soltó una carcajada y asintió.
–Me vio, pero eso es algo que tengo que arreglar después –dijo, guiñándole un ojo–. Quieres decirme ¿qué haces vestida así? –preguntó, señalándole de pies a cabeza, fingiendo una cara de asco.
–Lo estoy arreglando, bebé. –le sonrió Seulgi– ¿Quieres ayudarme a elegir?
–Eso no se pregunta, Kang. –contestó la pelinegra, acercándose a ver la ropa– Mierda, Seulgi, ¿qué piensas hacerle a mi monjita? –preguntó al ver la ropa.
–Estoy encargándome de que no muera virgen, bebé. Sin mentir, me sorprende que no esté en un convento.
–Le gusta voltear tortillas, cariño, una monja no puede hacer ese tipo de cosas. –se burló HyeJin. Byul se estaba poniendo roja de vergüenza.
–Bien, esto es todo lo que traje. –afirmó la pelirroja, colocando la última pieza de ropa en la cama.
–Prácticamente tu ropero entero.
–Esto no es ni un octavo de mi ropero, cariño –contestó, haciendo un gesto de diva con la mano–. Además, traje sólo lo que pensé que sería del agrado de Byul, tu sabes, lo conservativo y eso.
HyeJin y Byul la miraron, ambas con confusión.
–¿Esto es conservativo para ti? –preguntó Byul, señalando un top tan pequeño que podría ser pasado como un sujetador.
–Dios, Seulgi, necesitas un exorcista. –habló HyeJin. Seulgi levantó una ceja.
–En algunas semanas te veré pidiéndome ayuda para elegir lencería y espero que sea de rodillas –habló con tono de superioridad–. Por ahora, sólo concéntrate en Byul.
–Bien. –habló la pelinegra. Tomó unos minutos para observar la ropa– Esos –señaló las faldas y vestidos– están fuera. Moon Byul Yi no usa eso.
Seulgi tomó las prendas y volvió a colocarlas en su lugar. Quitando las minifaldas y vestidos, sólo quedaban tres opciones. Byul sólo observaba a sus amigas armar su atuendo, con preocupación y confusión a la vez.
–¿Qué tal este? –preguntó Seulgi, levantando un short negro con estoperoles dorados, rasgado de abajo.
–¡Me parece perfecto! –gritó HyeJin, algo emocionada– Dejemos su abdomen a la vista. –dijo, levantando una blusa gris.
–¿Qué tal su abdomen y el espacio entre sus pechos? –preguntó Seulgi, levantando una blusa de cuadros, larga de atrás y corta por delante, con largas mangas. Un largo escote que, aún sin ponérsela, Byul ya podía sentir escalofríos. Rezaba porque HyeJin dijera que no, pero estaba muy clara su respuesta.
–¡¡Es un sí!! –gritó, soltando la blusa gris. Se detuvo a ver los accesorios– Mi pequeña Byulie tiene miedo de todo esto, Seulgi, ¿Qué tal si le damos un poco más de confort y mejoramos el outfit con esto? –levantó un top con tirantes que se ajustaban a lo largo de las caderas y el centro del pecho. Seulgi sonrió con malicia.
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Scars | MoonSun
Fanfiction‹‹ Donde MoonByul y Solar son (verdaderas) almas gemelas. ›› Cuando era pequeña, la abuela de MoonByul solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, MoonByul no sólo compartía habitación con Solar, sino también algunas cicatrice...