Les resultaba difícil estar separadas. Para ambas era un martirio e incluso sus amigas lo notaban. De vez en cuando tuvieron que rogar a Eunji o Seulgi que les cambiaran aulas para poder permanecer juntas, y las tareas no eran más que otra excusa para seguir estándolo. La clase de instrumentos había sido la única que había logrado mantenerlas separadas, y relativamente, pues al final de cuentas: una le enseñaba a la otra fuera de las clases.
Habían sido cuatro extensos años. Cuatro años llenos de altas y bajas. La graduación era ese mismo día y, al ser la generación que más cantidad de hijos de maestros tenían -anudado a que la hija de los Ahn se encontraba dentro de esa misma generación- hacía que la fiesta fuera en grande.
Grande era poco. Masiva.
Solar llevaría un vestido y MoonByul un traje. Ese era uno de sus acuerdos. Dentro de sus muchos acuerdos como pareja, también se encontraban con que Byul se encargaría del orden de la habitación y YongSun de decorarla. El mismo día que YongSun volvió, tapizó todo de los colores azul y rojo.
Aún recordaba a Solar explicándole mientras ella pintaba la pared.
←flashback.
—Todas las noches te recito un poema de Goethe, ¿no es así? —le preguntó la rubia. Byul aún no se acostumbraba al tono dorado que llevaba YongSun en el cabello.
—Todas las noches. —afirmó la menor.
—No sólo me gusta Goethe por su poesía, sino por su teoría del color.
MoonByul le miró confundida. Solar dejó escapar una risita.
—Y a su vez, no sólo me gusta su teoría del color, sino también la de Heller. No escogí estos colores porque sí, mi luna —explicó, tomando entre sus manos la cabeza de la menor para depositar un beso en sus labios—. Incluso cuando el color azul te pertenece, no todo gira en torno a ti.
Byul rodó los ojos y rió.
—Según Heller, el color azul es de la simpatía, la armonía y la confianza. ¿Sabes qué es gracioso? Que además de ser tú color, es el color de la pasividad ¿qué coincidencia, no crees? —carcajeó, Byul entrecerró los ojos.
—¿Te quieres quedar soltera? —bromeó la menor.
—Eso ni tú lo quieres —le guiñó la mayor—. Bueno, sigo. El color azul es de lo que tiene que durar eternamente, ¿sabías eso? —la pelinegra negó. Solar se acercó para acariciar las mejillas de Moon.
—¿Qué hay del rojo? Ese ni siquiera es tu color...
YongSun sonrió.
—Mi color es una de sus tonalidades, yaobo —se sentó detrás de ella, posando sus manos en las caderas de la menor—. Me gusta el rosa. Es el color de la amabilidad, lo tierno, lo seductor, lo dulce y del romanticismo. Pero no me encanta para esto.
ByulYi la miró, confundida.
—¿Entonces?
—Bueno, el rojo es el color de las pasiones, de la alegría, el deseo, lo atractivo y la felicidad. Es psicológicamente contrario al azul, de la misma manera en que nosotras somos contrarias. Lo más importante es que el acorde de ambos es la unión de las fuerzas espirituales y corporales. —concluyó.
Esta mujer le robaba el aliento con sus cursilerías. Pero ella era igual, o quizás peor y ¿qué más daba? Definitivamente todo valía la pena cuando estaba con ellas. Sonrió y la tomó entre sus brazos, recostándola entre sus piernas. La mayor le sonrió, cerrando levemente sus ojos. ByulYi comenzó a besarle el cuello, YongSun se volteó, dejando ver aquella primer cicatriz que les unía.

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Scars | MoonSun
Fanfiction‹‹ Donde MoonByul y Solar son (verdaderas) almas gemelas. ›› Cuando era pequeña, la abuela de MoonByul solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, MoonByul no sólo compartía habitación con Solar, sino también algunas cicatrice...