No sabia lo que sentía, nunca en su corta vida había sentido algo así, esa ligera punzada en su estómago y el dolor en su pecho era nuevo. Refunfuñando se giro sobre sus talones y se interno en el patio, perdiendose entre los niños de su colegio, toda esa semana había sido larga, muy larga.
Enorme fue su sorpresa cuando un niño nuevo llego a su salón, un chico pelirrojo llamado Surt, convirtiendose en su nuevo compañero.
Milo era un niño muy agradable, le gustaba llevarse bien con todos, y para que negarlo, a todos le agradaba. Pero por alguna razón desde que él y Surt se vieron...se cayeron mal. Eso era muy extraño, en especial porque los dos casi tenían los mismos gustos, a los dos les gustaba la gelatina verde, el futbol, los animales y...Camus.
Desde que Surt llego el pelirrojo se la vivía pegado al cubo, siguiéndole a todos lados, obligando a Milo a quedar en segundo plano.
Su primer roce ocurrió el primer día, a la hora de el almuerzo, el bicho tenía la manía de sentarse con su compañero y en ocasiones compartir el postre, pero ese día.
-oye...ese es mi lugar
-yo llegue primero.
-pero yo voy ahí
-¡Blllll!
-¡quítate!
-Milo, déjalo en paz.
Muy a su pesar obedeció, miro feo a la zanahoria y se fue a sentar a lado de Angelo, que bajita la mano le propuso echarle pica pica al niño nuevo. Por desgracia no fue la única vez, parece que al pelirrojo le gustaba molestar a Milo, esforzándose por alejarle de Camus. En poco tiempo logro convertirse en compañero del cubo en casi todas la clases, por lo que al bicho no le quedo de otra más que ser pareja de Mu, no es que el borrego le desagradara, todo lo contrario, es solo que en ocasiones el borrego...bueno...
-al día siguiente la mamá solo encontró la correa del perro, pero no a su hija....genial no
-...TwT...
En ocasiones Mu era más aterrador que Angelo, un lobo con piel de oveja decía Manigoldo.
Los roces continuaron y Milo poco a poco fue remplazado, lo que más le dolía es que Camus lo permitía, el cubo siempre le reprendía y se ponía del lado de la zanahoria.
Ya no quiere ser mi amigo.
Esa es a la conclusión que llego, de lo contrario no lo dejaría de lado, por eso Camus ya no lo apoyaba como antes, ya no hacia equipo con él, ni le escogía primero en los partidos, justo como ahora, Camus ya no le quería, ahora solo quería al cerillo ese... Esta bien, si así lo quería bien...¡ya no hablaría con él!
Con todo el dolor de su corazón Milo decidió alejarse, dejo de hablarle a Camus y se alejo, pasando más tiempo con Mu y Angelo.
***...***...
-zapatito blanco, zapatito azul, dime cuantos años tienes tu.
-gllp...ete...
-no Mystoria, tienes uno y medio no veinte.
-no puedo contar uno y medio.
-claro que si, tu eres uno y la enana medio.
-¡Si!
-Manigoldo no le digas así a Agasha.
-pero esta enana.
Era Sábado y los nenes se encontraban en el parque, jugando a las escondidas. Kardia, Manigoldo y Dokho eran buenos amigos, por lo que era normal ver a los niños juntos. Milo sujetaba a Mystoria de las manos, mientras Angelo tomaba la mano de su hermanita de dos años llamada Agasha, primita de Mu.