Capítulo 21

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Le brillaban un poco los ojos al ver esa linda expresión, pero al final decía:

—No quiero— cruzaba los brazos, Jungkook podía ver la televisión cuando quisiera, pero ellos dos solo podían encontrarse en fin de semana, si de seguro más tarde el chico se marcharía a casa así nada más —.Quiero mi compensación ahora —decía como niño berrinchudo.

Suspiraba y también llegaba a la conclusión de que ellos solo se veían en fin de semana nada más, así que cedía acariciando con cariño el rostro del actor.

—Está bien, ¿qué quieres que haga?— preguntaba de manera inocente, mas fingida que real porque ya se imaginaba que el rubio saldría con otro de los disfraces de las pornos.

—Preguntando cosas como esas… suenas como un pervertido Jungkook~ —le decía poniéndose de pie.

—Es tu culpa...— replicaba, si él era un pervertido no sabía que le quedaba al mayor.

—Entonces ven… —le tomaba de la mano para que se levantara y lo encaminaba hasta la habitación donde la cama seguía desarreglada, entonces se dirigía a su famoso armario rebuscando entre las cajas una en específico.

—Ten… —se la daba cuando la encontraba, asumía que ya se imaginaba que era.

Recibía la caja y se iba al baño sin ni siquiera revisarla, sea lo que sea que le hiciera ponerse, lo iba a hacer igual. Dentro de la caja había un traje mucho más simple que las veces anteriores; era un rosa vestido de enfermera, unas medias blancas largas, el gorro respectivo del mismo color y unos simples zapatos blancos. Se desvestía por completo, esta vez también traía ropa interior femenina para vestir, unas pantis rosas pastel mucho más pequeñas que la vez anterior.

Se ponía el vestido, de manga corta, abotonado y mucho más corto que cualquier traje anterior, hasta tenía tajos a los costados y las medias le quedaban a mitad de muslos. Era ponerse el gorro y los zapatos y estaba listo, se miraba al espejo un poco; se encontraba extrañamente lindo, se ve que se le estaba pegando la perversión del mayor, y así salía del baño...

Seok Jin lo veía salir del baño de forma atenta, se le aguaba la boca de solo mirarlo, y como siempre su respectiva foto, eso nunca faltaría, eran su tesoro más preciado, las que lo acompañaban en las noches de soledad lejos del menor, aun no lo admitía, pero parecía que últimamente solo de él podía saciarse.

Pero esta vez no lo llamaba, ni iba hacía él, esa vez se le ocurría algo divertido, así que se tiraba de lado en la cama, y miraba al menor.

—Me siento mal…—le decía, ¿era una enfermera, no?

El pequeño de ojos azules se sonrojaba un poco y se mordía el labio inferior escuchando las palabras del mayor, decidía entonces seguirle el juego como compensación, aunque eso no era más que una excusa para sí mismo; caminaba lentamente hacia él, se trepaba en la cama gateando a sabiendas de que la corta falda no tapaba nada a la más mínima inclinación. Las medias blancas tenían encaje al inicio al igual que la pequeña prenda de ropa interior dándole un aspecto más provocativo aun; se acercaba al rubio poniendo su mejor cara de buen chico para luego preguntarle bien cerca del oído:

— ¿Se siente mal? ¿Dónde le duele? Yo lo aliviaré...

Tragaba saliva ante la actitud provocativa, no esperaba que el menor le siguiera la corriente así nada más, y sin embargo, ahí estaba, y era ridículamente sensual; era el mejor cumpleaños atrasado que había tenido en la vida.

—Aquí… —le decía señalando su propia boca con sus dedos.

Miraba los labios ajenos y sonreía imperceptiblemente.

Delicado Amante (Jinkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora