Capítulo 11

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Alec quedó en una situación un poco peligrosa, ¿quién lo habra atacado?




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-"¡Fue un error traerlo aquí, Aidan, y ahora no podemos permitirle volver!"

Esas fueron las primeras palabras que Alec escuchó cuando empezó a recuperar la conciencia, no podían estar refiriéndose a él, ¿verdad? Su cabeza se sentía como si fuera a partirse en dos, y era difícil ligar pensamientos lógicos. Se movió un poco tratando de ver si el resto de su cuerpo seguía funcionando, pero sólo hizo que el dolor en su cabeza fuera más intenso y un gemido que no pudo reprimir escapó de sus labios.

-"¡Ah, que bien, está volviendo en si!"- dijo una segunda voz extraña.

Alec abrió los ojos despacio para descubrir que estaba acostado en un catre en una habitación que más parecía una cueva. Las paredes de piedra eran del mismo color dorado cálido del casco antiguo, pero sin el oscurecimiento que la exposición a los elementos les hubiera dado. No había ventanas, la única luz provenía de los faroles montados en las paredes de la habitación con techo bajo.

-"¿Dónde estoy?"- gruñó Alec, tenía la garganta seca y voz ronca.

-"Bienvenido al Submundo, Alexander Lightwood"- dijo un hombre que se acercaba para sentarse en una silla junto al catre.

Tenía greñudo cabello negro y los ojos verdes-grisáceo bailaban con una luz peligrosa. Parecía tener unos veintitantos años, pero en realidad no se podía saber con los brujos. Alec no podía ver ninguna marca obvia, pero el poder del hombre parecía palpable en la pequeña habitación.

-"Soy Aidan Briosag, el Gran Brujo de Edimburgo, y este"- dijo señalando a un hombre de pelo arenoso- "Es Hamish Nathrach mi segundo al mando"

-"Diría que es un placer conocerte"- dijo Alec- "Pero no estoy seguro de que eso sea verdad"

La hora de las brujas - The Witching HourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora