Capítulo 6

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-Siento haberte estropeado la noche-dije acompañado de un gran suspiro.

-No tenía ganas de estar allí-dijo mirando como curaba las heridas de su mano.Poco a poco me iba acostumbrando al tono de su voz, cada vez me sonaba más cálida, más familiar y no pude evitar sonreír. Su mirada era todo un poema, no entendía mi actitud de ahora.

-Por si te lo preguntas, estoy sonriendo porque por primera vez escucho más de una palabra saliendo de tu boca y es algo a lo que no estoy acostumbrada pero me gusta-le dije devolviéndole la mirada-¿Por qué no hablas más a menudo?

-No merece la pena- dijo encogiéndose de hombros.

-Pues yo pienso que si- note su mirada fija en mí- Pienso que está bien el ser reservado, no tienes que ser un hablador como yo, pero deberías intentar eso a lo que las personas llamamos conversación , seguro que acabarías cogiéndole el gusto- reí y sentí como afloraba una pequeña sonrisa de su boca pero no dijo nada más- ya está, mañana quítate la venda y deja que le de el aire a la herida.

-Gracias- dijo con apenas un susurro y me miró a los ojos, esos grandes y penetrantes ojos azules , ¿había dicho ya que eran preciosos? pues lo son, y me hacían sentir intimidada, por lo que con mi mayor fuerza de voluntad pude contener su mirada para apreciar un poco más sus ojos.

Hizo amago de levantarse pero mi voz lo interrumpió- la chica de antes, ¿era tu novia?- frunció el ceño ante mi pregunta , como si de él no se tratase.

-¿Qué te hizo pensar eso?- dijo con un semblante serio, como si le incomodara hablar de ello, algo me decía que dejara de preguntar, pero como no, soy incansable.

-Solo que os vi muy juntos y pensé...- me rasqué la nuca nerviosa, su semblante me desconcertaba.

-Pensaste mal -y con eso se levantó y se dirigió a la puerta -adiós - y me dejó ahí en medio del pasillo con las palabras en la boca, mirando una puerta que se acababa de cerrar hace solo escasos momentos.

Suspiré, y en ese momento supe que la había cagado preguntándole ese tipo de cosas personales, ya no podía hacer nada, al menos hoy no, me decidí a despojarme de mis ropas y a directamente meterme en la cama para dormir hasta la noche siguiente si hacia falta, si dormía en ropa interior, y si vivía sola, así que , ¿qué más da?

Cuando desperté la mañana siguiente, era domingo y la resaca era monumental, yo apenas y bebía pero ayer fue la excepción que rompió la regla.

Era mi día libre y prácticamente me lo pasé durmiendo, tumbada en el sofá viendo la tele o comiendo, no hice nada más por el mundo,
resaca 1 - Eider 0.

Lunes, si diría que es un día maravilloso, y si como al contrario del resto de humanos me gustaba ir a trabajar, pero no hoy no era mi día, iba a volver a ver a Louis y no quería enfrentarlo, y ver que todo lo que habíamos avanzado se esfumara en una noche, aunque una parte de mí deseaba verlo, parecerá extraño, pero estaba loca por descubrir los misterios que le rodeaban.

Sólo sonó el ding de la entrada y ya tenía a Liz encima pidiéndome que le contara la noche del sábado, al parecer a ella también le interesaba la vida del ojiazul.Le conté todo a Liz y soltó un suspiro.

-Chica , has conseguido lo que yo no pude en meses- empezó a reírse y yo la miré desconcertada- has hecho que hablé contigo, y bueno ¿cómo es?

-¿Cómo es que?-pregunté frunciendo el ceño.

-Su voz- dijo en un grito.

-Bueno pues diría muy ... ¿masculina? no sé como explicarte, era ronca pero algo aguda y t..-me vi interrumpida con el ding que indicaba que había entrado alguien al bar, y era nada más y nada menos que él, si ahí estaba vestido completamente de negro y hoy le acompañaban unas gafas de sol, que le tapaban esos penetrantes ojos, y como la última vez , no iba solo, Scott lo acompañaba.

Conecté miradas con Louis, fueron unos segundos de nada, que parecieron eternos, y se sentaron en la mesa de siempre, por lo que como de costumbre, le llevé una cerveza, aunque esta vez serían dos.

-Aquí tenéis chicos- dije con una sonrisa dejando los vasos sobre la mesa.

-Mira lo mimados que nos tiene que nos ha traído la bebida sin nosotros pedir nada, gracias preciosa- dijo con un guiño.

Decidí ignorando y rodé los ojos, mi atención fue a parar a él- ¿cómo anda tu mano?

Su mirada se conectó de nuevo con la mía y con algo de sorpresa en su cara soltó un simple- ya está bien, gracias- y bebió un sorbo de la cerveza.

No se si fue mejor el hecho de que siguiera hablando conmigo, o ver la reacción de Scott al ver que hablaba , aunque sea una cosa mínima, conmigo, y sus ojos iban de él hacia mi y viceversa.

-¿Desde cuándo hablas con ella?- preguntó con asombro Scott.

Louis simplemente se encogió de hombros, y con esto señoras y señores, acabó mi charla con el ojiazul , porque no volvió a decir ni pio, y yo no podía quedarme parada ahí todo el santo día, tenía que trabajar.





Si aunque os sorprenda, estoy de vuelta, volví a leer lo que escribir y decidí darle una tercera oportunidad y retomarla, puede que de los lectores que tenía antes no quede ninguno, o a lo mejor no vuelvan a leerla, pero sentí las ganas de escribir, y le vi futuro a la historia, abordo esto con ganas de ver si llega a algo más.

Espero que guste y me perdonen.

Sin RemordimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora