Dulzor de medianoche

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Hacia frio, tenía miedo sola en el bosque el cual no sabía el camino o si era peligroso porque fui tan estúpida para seguir a Rafael no sería peor que hubiera animales peligrosos rondando por allí. los arboles formaban laberintos neblinosos que no te dejan ni medio metro de distancia, cuanto más caminaba aún más me perdía ni una gota de luz en el camino solo el oír de la cigarra cantando por aquí y allá.

Me quité la capucha para tener un mejor campo de visión y a los lejos vi un riachuelo que salía de una roca, supuse que era agua de manantial, la bebí sin ningún problema.

Me dirigí hacia el norte a lo lejos se veía una explanada sin ningún árbol en su alrededor me encaminé a ver si había señaléticas de los guardabosques, pero ninguna sola.

Cada paso que nada me daba una maldición a mí misma, como seguir a alguien a estas horas de la noche, mientras me quejaba una mano se posó en mi hombro me di la vuelta y vi a un hombre alto y fornido, era viejo con cabello colorín y me miro seriamente. Al principio pensé que era un guardabosque y este reprimió una sonrisa burlona para volverme a mirar y dijo:

-Que hace una pequeña niña en estos paramos a esta hora de la noche, no te dijeron que es peligroso andar de noche

sonrió de lado a lado, definitivamente no me dio buena espina

- Tan linda, ven acompáñame, vamos a jugar

Tomo mi ante brazo y lo comenzó a jalar, yo tenía miedo se notaba a millares mis piernas temblando, este tipo no tenía para nada buenas intenciones.

-Déjeme, sé por dónde ir - me costaba formular palabras de lo nerviosa que me encontraba - Ni se me acerqué - Retrocedí varios pasos atrás pero aun así aquel hombre tomo la ventaja

-No jodas y acompáñame de una vez - Escupió hacia otro lado y apretó mi muñeca- Su fuerza era descomunal, de un solo apretón logró arrastrarme por el suelo como si de un trapo estuviera hecha.

Comienzo a arrastrarme trate de soltarme, pero tenía demasiada fuerza, hice todo pataletas trate de morderle, pero nada ninguna reacción, normalmente servía que te soltaran con apretar las uñas, pero esta vez no fue así.

Note como me alejaba de la explanada hasta que entramos nuevamente al bosque, la luz desapareció por completo pero una luz me llamo la atención y provenía del frente de los ojos de aquel hombre un rojo carmesí muy llamativo, que afloraba de su rostro.

Llegamos a una cabaña se notaba antigua con madera su alrededor, rocas puntiagudas rodeando todo el perímetro, algo escondía o el método de seguridad que tenía era exagerado. Entramos dentro de la cabaña yo solo temblaba en mi lugar, trataba de hallar una salida, pero todo cerrado.

Aquel hombre me lanzó de un solo empujón a una jaula y amarro mis manos para no tener posibilidad de salir, sus ojos estaban rojizos acaso ocupaba lentes de contacto, pero me fije mejor en la sangre que había por el sitio todo teñido de rojo. Solo me di la vuelta un poco y ver el ambiente en el que me encontraba gire la cabeza, automáticamente me entraron nauseas de golpe.

Vi el cuerpo de Ashley tirado en el suelo con todo su cuello ensangrentado se veía pálida notaba sus pestañeos débiles, estaba viva por el momento y el hombre azoto mi mente con la repentina voz:

-Veo que has conocido a esta perra, la encontré con un tipo que con solo verme salió corriendo - Pero no que estaba con Adam.

-Tu cara dice que eran algo en particular, Jajajaja -