Prólogo

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La vida es una larga línea continua, la cual avanza sin prisa pero sin pausa, aunque a veces esa línea puede bifurcarse creando maravillosas ramificaciones o desastres que a veces escapan a nuestra imaginación. Mi camino hasta el momento, puedo llegar a decir, que no ha sido como hubiera querido: Deseo detenerme en el camino, poner fin a este dolor que me calcina el alma y sin embargo, en cuanto lo intento sé que no debo de hacerlo porque el pasado es algo que jamás deja de perseguirnos. 

He visto demasiados rostros en el camino, demasiados recuerdos, demasiadas lágrimas encerradas y derramadas, demasiadas vidas sesgadas... demasiada sangre y demasiada ceniza.

Todos los rostros que me han presenciado no han visto más allá del monstruo que afirman decir que soy, nunca han querido contemplar al "humano" que hay en mi por miedo a poder ver que su realidad puede estar más rota de lo que ellos jamás llegaron a pensar. He tenido muchos nombres durante mi travesía: monstruo, engendro, bestia, sin corazón, asesina, maldita, mestiza... sin embargo, también he recibido otros –pocos a decir verdad- cargados de amabilidad, amor y orgullo que he ido atesorando con el paso del tiempo. Todos ellos me fueron dados en algún momento de mi larga existencia, una que, a decir verdad, jamás pedí. A veces desearía poder dejar de ser quien soy y poder ser aquello que por nacimiento tuve que haber sido.

    Recuerdo una ocasión, hace mucho tiempo, en la cual alguien me pidió que le contara mi historia, la leyenda de cómo nació "El bastardo del ángel"... si tuviese que hacerlo ahora, debería ser por aquí.

Cazadores de Sombras: Ciudad de SangreWhere stories live. Discover now