1)ME HE EQUIVOCADO DE NÚMERO.
—¡Vale, Mary, ya voy!
Cuelgo y suspiro. Doy varias vueltas por la habitación hasta que encuentro lo que quiero. Abro la ventana y lanzo mi larga cuerda. La amarro al barrote de mi cama, que se encuentra justo al lado. Tras eso pongo un muñeco de peluche grande debajo de las mantas para que parezca que soy yo. Lo camuflo muy bien y suelto una risita.
¡Es un plan tan bueno que me lanzaría besos a mí misma si pudiera!
Pretendo escaparme de casa para irme a la de mi mejor amiga, Mary. Aunque al principio me negaba a ir porque estoy castigada –le tiré agua encima a mi profesora de matemáticas –y mi padrastro se cabrea siempre que me voy de casa a hurtadillas, acabando yo peor de lo que ya estaba, acepté ir porque dijo que era urgente.
Lo único que espero es que esa urgencia no sea por rotura de uña. Lo hizo una vez, y le prometí que a la segunda pagaría las consecuencias. No miento. Haría cualquier cosa, porque soy así de bruta... y por eso mismo es comprensible que me castiguen, aunque mi padrastro y mi madre deberían comprender que soy una rebelde sin causa. El único que sí que me entendería sería mi padre...
Murió asesinado en su tienda de antigüedades cuando yo tenía siete años. Soy la única que lo sabe, ya que tuve la desgracia de presenciarlo. Aun así, el asesino encontró la manera para que pareciese un accidente y no me creyeron. Me llevaron a un psicólogo porque no paraba de decir que le golpearon con un objeto que no se encontraba allí y pensaban que estaba trastornada.
Nadie se ha molestado en entenderme, solo Mary, que ahora lo está pasando un poco mal. La cosa empeoró cuando mi madre se casó con mi actual padrastro y trajo consigo a mi hermanastro, Josh. Es un completo gilipollas, ¡y solo me saca un año! Tengo dieciséis. El problema no es que me moleste, que también, sino que es un chivato y siempre está jodiéndome. Menos mal que tengo carácter y luego se lo hago pagar.
—Es hora de actuar —me dije en un susurro.
Me subo al alfeizar de la ventana y me deslizo por la cuerda sin ningún temor. Llevo haciendo esto durante cinco años. A pesar de que mi cuarto está en un segundo piso y si algo sale mal podría hacerme daño, no me preocupo. Mejor para mí. ¡Perdería clase! Es cuestión de buscarle ventajas al asunto.
Al tocar el suelo tiro fuertemente de la cuerda. Mi otro mejor amigo, Adam, me enseñó a hacer un nudo muy resistente pero que se pudiese eliminar desde la distancia con facilidad. La enredo y la escondo en un matorral que hay a varios metros, junto a la zona de las bicicletas. Me monto en la mía y pedaleo rápido antes de que alguno de mis padres pueda verme y me lo impidan.
Al perder mi casa de vista un alivio me invade, pero se desvanece rápidamente cuando un chico muy alto, un poco delgado, con el pelo castaño y ojos verde grisáceos me alcanza gracias a un monopatín negro con una "D" celeste junto su pie izquierdo. Bufo. Es Josh. Esa "D" hace referencia a nuestros apellidos, más suyo que mío ya que no me quedó más remedio que cambiármelo cuando mi madre se casó con su padre; Dilaurentis.
—¡Como no vuelvas te van a castigar!
Respiro hondo varas veces para controlar los insultos que se me aparecen por la cabeza al instante. Pedaleo más rápido, pero mi hermanastro me vuelve a alcanzar.
—Ya estaba castigada —replico—. Deja de seguirme.
—Quiero ver a dónde vas.
—Cotilla de mierda —susurro.
El único motivo por el que desperdicia parte de su triste vida en seguirme es para hacer lo de siempre; chivarse.
—Emilie, eres una problemática.
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La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).
Misterio / SuspensoFinalista de los Premios Watty 2014 en la categoría Misterio/Suspenso: En ascenso <3. La vida de Luke cambia radicalmente cuando se encuentra en un lugar que no conoce de nada y completamente a oscuras con un chico, Toby, encadenado a una c...