Gartian

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Es posible que dos lados completamente opuestos se amen? Es algo totalmente raro, pero creo que puede ocurrir. Y si está escrito, hay cien porciento en posibilidad de que ocurra. 

Darías tu vida por un amor que es casi prohibido? Creéme, que yo si.

Vientos super fuertes que se llevaban los árboles volando como si fueran plumas. Escandalosas y torrenciales lluvias. Rayos y relámpagos cayendo por doquier.

Por Puerto Rico pasan muchas tormentas y huracanes y esto es muy normal para nosotros. Pero esta vez se sentía muy diferente. El día se veía muerto. Era una sensación muy rara. Es muy difícil de explicar. En estos últimos días hasta siento que alguien me mira todo el tiempo.

Yo me podía identificar con ese día raro, triste y muerto. Obviamente no estaba muerta, pero sí muy rara. Hasta el día de hoy con mis dieciceis años y todavía no he encontrado a alguien con mi rareza. En realidad yo no me siento rara pero así me califica la gente.

No pienso como adolescente, sino como adulta. Siempre quiero hacer las cosas como se deben hacer. Algunas veces quiero estar sóla escribiendo o estudiando, que es algo que a casi nadie de mi edad le gusta hacer. Tengo pensamientos raros y siempre pienso en grande; nunca me limíto para pensar más allá de la realidad. Creo que por eso seré una gran escritora de libros de fantasía o ciencia ficción. He escrito cosas que nadie jamás se imaginará que una chica tímida, rara y triste como yo, escribiría.

Soy un poco triste aunque tengo el amor de mi familia, amigos y sobre todo de Dios, pero hay algo que me hace falta, que no se que es. No lo puedo decifrar. Desde pequeña me he sentido así. Será porque me siento fuera de sitio, que no encajo en este mundo? Será porque no he encontrado una persona igual a mi? Nisiquiera mi mejor amiga se parece a mi y tampoco mi mejor amigo. A ellos los considero un poco inmaduros. Sin embargo a pesar de todas estas grandes diferencias entre la sociedad humana, el planeta Tierra y yo, soy popular.

Ese día todos los estudiantes se estaban llendo de la escuela por el terrible clima que había. Le dije a la maestra de la clase siguiente al almuerzo, que me iba a ir para mi casa y me dijo que ella también se iría. 

- Voy a llamar a mami.- le dije a mi amiga Solymar 

- Si. Préstame tu cel. - dijo ella 

- Okay. - lo saqué del bolsillo de mi chaleco y se lo dí - Toma.- 

Mientras ella marcaba el número caminabamos por un pasillo. El "lobby" estaba repleto de estudiantes, y tras los portones del lobby se podían ver los familiares esperando a los estudiantes para llevarselos. Otros se fueron en sus carros. Esperando que Solymar terminara, yo miraba el alboroto que había allí. Todo el mundo estaba decesperado y ancioso por salir de la escuela. Mire al suelo y vi mis zapatos y medias mojados. El suelo estaba inundado. 

De momento vi un moño rubio y rizado por encima de la gente tras el portón. La guardia hablaba con esta persona. Era mi madre. Siempre que me pierdo en un lugar lleno de gente, trato de mirar por encima de las personas buscando ese moño rubio y rizado.

- Ya terminaste? - le pregunté a Solymar 

- Voy. - dijo y abrió la palma de su mano en expresión de espera - To' el mundo se está llendo... Okay... Pues bye. - colgó. Luego me dio el celular, lo cogí en mi mano y lo guardé en el bolsillo de mi chaleco. 

- Mami ya está ahí. - le dije. 

Caminé entre la multitud alborotada hasta llegar al portón. 

- Cómo tu sabías que tenías que tenías que buscarme? - pregunté confundida mientras salía por el portón.  

- Es que lo dijeron en las noticias. - respondió mi madre 

- Ah. - abrí el otro portón pequeño - No lo sabía. -

No estaba lloviendo fuerte en esos momentos; caían unas simples lloviznas. Por eso casi ni me mojé.

Que bueno que pasó esto y suspendieron las clases porque en la última clase tenía un examen que no me lo sabía muy bien y no quería fracasar. Por lo menos podía descansar por un día de tanto escribir.

Aunque me gustaba la escuela, no me gustaba levantarme temprano. A mi me encanta dormir. No soy de esas personas que se quedan fiestando toda la noche hasta las 6:00 a.m. para ir a trabajar o estudiar a las 7:00 a.m. Tampoco podría quedarme hasta esas horas hablando por el celular con un novio para después levantarme temprano.

Cuando llegué a la casa me sentí cansada. Fuí al baño y cuando salí, miré al cuerto de mis abuelos que queda a mi izquierda y se veía oscuro y acogedor. Estos días así me dan un poco de sueño. Sentía que la cama me llamaba. Era irresistible. Se veía tan cómoda y suave. No podía rechazar su oferta. Me dejé arrastrar por la cama y me acosté en ella. Se sentía tal y como se había mostrado; suave y cómoda. Unos segundos después me quedé dormida. El sueño era profundo y pesado. No se cuanto tiempo había pasado. Creo que bastante.

Escuché una música muy fuerte que retumbó en mis oídos. La cama vibraba con el ritmo de la música. No pasó mucho tiempo cuando caí en cuenta de que era mi celular que estaba en mis pies. Por qué se encontraba en mis pies? Nisiquiera me acordaba donde lo había colocado antes de acostarme. Quedé sentada del susto que me había dado mi inofensivo celular. Lo cogí para ver quien era.

"Cris" decía en la pequeña pantalla de la tapa del celular.

Es mi amigo Cristian. Es raro pero se escribe sin "h". Este chico es un poco bipolar. Hay veces que me saluda y otras veces ni me mira. Lo había conocido en intermedia cuando me cambiaron de escuela en el segundo semestre de séptimo grado. Por un tiempo me sentí atraída por él, pero ya no. Hace un año que salió a relucir que no le gustan las mujeres. Es algo sarcástico y bipolar, pero tiene algo que le gusta a las mujeres. He conocido varias chicas que se han derretido por él, pero él nunca les ha hecho caso puesto que es gay aunque nadie lo sabía. Todos pensaban que quería disfrutar de la soltería porque un chico como ese, tan lindo, podría tener la novia que quiciera.

Una chica, que fue mi mejor amiga, también se sintió atraída por él. Yo le pregunté a Cris que si le gustaba pero me lo negó. En ese momento yo pensé que sí le gustaba. Nunca me imaginé que fuera gay.

- Hello. - dije adormecida

- Hello. Qué haces? - dijo Cris

- Na', aquí en la cama. - contesté tratando de cambiar esa voz ronca que aparese cuando uno está acabado de levantar

- Está lloviendo pa'lla? -

- Chacho nene, si. Y que tu haces? -

Rugió un fuerte trueno. Primero lo escuché através del celular y luego lo escuché cerca de mi casa. Es sorprendente porque yo vivo en el campo, y el vive en la ciudad. No vivimos muy lejos, pero tampoco muy cerca.

- Diante! - pensó en voz alta - Cerrando estas ventanas que son las que se abren pa' afuera, de cristal. - contestó casi sin aire.

Continuamos hablando como por unos 30 minutos. Después colgamos.

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