Capítulo 1

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Pequeños rayos de sol entraban por la gran ventana y justo daban a los ojos de Alonso, quien los abría lentamente para acostumbrarlos a la luz.

Al voltear se encuentra con un rostro que no le es familiar, baja la mirada y esta completamente desnudo igual que la otra persona, un dolor de cabeza comienza a manifestarse, eso a causa de la fiesta de la noche anterior, supuso que la persona con la que amaneció la encontró ahí, aunque para él era lamentable no recordar el placer que le dieron.

Tomo su ropa se cambio y salio de aquel,¿Hotel? Si, lo habían llevado a un hotel, camino y logro conseguir un taxi que lo pudiera llevar a casa.

Para su buena suerte, según él, era un chico muy apuesto e inmediatamente, Alonso noto que le miraba de una manera muy coqueta.

—Creo que perdí mi cartera anoche.— dijo el pelirrubio mientras se buscaba entre su ropa

—No te preocupes.— hablo coqueto —me puedes pagar de otra forma.—

—¿Así? ¿Cómo?.— pregunto ingenuamente, sabía perfectamente a lo que se refería

—De esta manera.—

Tomó la camisa de Alonso, atrayéndolo a el y lo beso. Poco a poco este se fue intensificando, el conductor tomo al ojiazul de los muslos y lo sentó en sus piernas, con una mano sujetaba el cuello de Alonso y con la otra tocaba su espalda baja, misma que dejó al descubierto al subir un poco su camisa.

—Eres precioso.— hablo el chico entre el beso —Tan adictivo.—

—Soy adictivo, si.— dijo Alonso sensual —Pero no todos pueden probarme cariño.— sonrió burlón y salio de aquel taxi, arreglo su camisa y se dirigió a su casa, dejando al conductor totalmente molesto.

Entro a su casa y lanzó su chaqueta al sillón, fue a la cocina y tomo del refrigerador una soda, solo tomo un poco y coloco el resto en la mesa, subió a su habitación y se acostó quedándose completamente dormido, estaba realmente agotado.

(...)

—Y bien, ¿Qué tal la fiesta del sábado?.— pregunto el ruloso

—Genial.— dijo el rubio coqueto

—Uno más, no es así.— dijo el acompañante mientras tomaba un poco de agua

—Si.— dijo Alonso —Lastima que no recuerdo nada, caí en un coma etílico.— bromeó

—Eres un pervertido.— sonrió y apresuro su paso

—Lo sé, a mi nadie se me puede resistir.— su voz tuvo un tono egocéntrico

—Es verdad, no tengo idea como logras llevarte a quien quieres a tu cama.— dijo mientras entraba al salón de matemáticas

—Mis encantos, no lo sé.— sonrió —¿Nos toca matemáticas?.—

—Si, aunque no te guste .— respondió y se sentó en su escritorio

-¡Eish!, No es que no me guste, más bien me aburre.- se quejo y se sentó en el escritorio que se encontraba atrás del de su amigo

—En pocas palabras no te gusta.— rio —¿No te sentaras conmigo?.-

—Tengo sueño, eres más alto que yo, me cubrirás y así podré dormir.— dijo Alonso

—De acuerdo.— asintió

—Buenos días chicos.— Saludo el profesor al entrar y todos se acomodaron en su lugar inmediatamente

—Que tienen de buenos.— respondió Alonso en voz baja

—El día de hoy tendremos a un estudiante nuevo. Puedes pasar.— hablo a un joven alto, de piel blanca, ojos color miel, pestañas largas y cejas pobladas, de complexión delgada —Preséntate.— ordenó

—Mi nombre es José Miguel Canela Rivera, pero me gusta más que me digan Jos.—

Todos ponían atención a excepción de Alonso, quien pensó que se traba de un chico feo con acné y brackets.

—Vengo de intercambio del colegio Shakespeare y espero llevarme bien con ustedes.— Termino de hablar y Alonso levanto la mirada, quedando boquiabierto, era un chico muy apuesto y él lo quería en su cama ya.

—Muy bien joven Canela, siéntese por...— él profesor buscaba un lugar vacío

—Se puede sentar conmigo profesor, el segundo lugar de mi escritorio está vacío— levanto la mano Alonso

—Siéntese con el joven Villalpando.— ordenó una vez más —Bueno chicos abran su libro en la página 132 y realicen el ejercicio B del apartado 3 mientras yo reviso los de la clase pasada

Jos se dirigió al lugar que le otorgaron, saco su libro y comenzó a analizar el ejercicio

—Me llamo Alonso, ¿Y tú lindo?.— saludo coqueto

—Un gusto Alonso, mi nombre es José Miguel, pero dime Jos.— sonrió tímido

—Lindo nombre, igual que tu.— se acerco un poco al pelinegro

—Gr-acias.— respondió un tanto intimidado

Pasaron varios minutos y Jos ya había terminado el trabajo, Alonso estaba casi babeando por el, no tenía idea como alguien tan guapo podía ser tan inteligente. El rubio no le entendía nada al ejercicio y decidió preguntarle a Jos, que buen pretexto para acercarse a el

—Oye.—

—¿Si?.— respondió Jos

—¿Me ayudarías a resolver esto?, Soy malo en matemáticas.— señalo el libro —Por favor.— hizo un tierno puchero

—Esta bien.— respondió y tomo el libro de Alonso para explicarle

Le estuvo explicando y finalmente Alonso terminó el trabajo. El profesor se sorprendió de que uno de sus estudiantes con más bajas notas, entregará un ejercicio bien resuelto. Le dijo a Jos que si podía ser tutor de matemáticas de Alonso y ayudarlo a estudiar para que sus notas subieran y tuviera un buen resultado en el examen final, ya que él chico era un tanto distraído.  El profesor le propuso que a cambio de asesorar a su compañero, le daría algunos puntos extras. El acepto gustoso.

(...)

—Va a ser mío.— dijo Alonso

—¿Quién?.— pregunto el ruloso mientras comía de su sandwich

—Jos, el nuevo.— dijo mientras lo veía sentado en las mesas del final, platicando con algunos chicos más

—¿Crees lograr tener a Jos en tu cama?.—

—Es obvio que si.— respondió —Nadie se me ha resistido hasta ahora y dudo que el lo haga.—

—Debo admitir, que por muy egocéntrico que eso suene, tienes razón.—

—Aprovechare que es mi tutor.— hablo haciendo comillas con sus dedos —Y lo enredaré con mis encantos.—

—Suerte.— hablo el chico —Aunque no creo que la necesites.—

"Noches De Sexo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora