CAPÍTULO: 26

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– ¿Por qué la vida nunca termina como uno lo planea? –cuestiono con molestia

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– ¿Por qué la vida nunca termina como uno lo planea? –cuestiono con molestia.

–Jun, deja de hacer eso –riñe mi madre.

Suelto el trapo con el que mi madre, tiempo atrás, sacaba el polvo de los sillones.

– ¡Respóndeme, mamá! –grito con euforia y molestia.

–Jun, deja de gritar.

Su vista está en mí, pero sé muy bien que sus pensamientos están volando por ahí. Eso es lo que recibo después de una pelea matrimonial. Mamá ha pasado toda la mañana con su mente, reluciendo por su ausencia. Y ni qué decir de mi padre. Después de todo, fui al primero que recorrí por cuestiones incomprensivas de mi persona.

Soy un niño, que casi está por llegar a la adolescencia, o quizá ya lo esté. Pero mis padres y sus peleas han llenado más mi mundo, que los consejos que escasean dentro de ellos.

–Mamá, creo que estoy enamorado –suelto y me tiro en la silla.

Mi vista viaja hasta la olla que acaba de caer de las manos de mi madre. Su cabeza voltea igual que aquella niña que me asustó muchas veces.

– ¿Jun? ¿Hablas en serio?

Ha dejado sus labores y ahora parece más interesada de lo que estuvo alguna vez. La sirvienta que debería haber llegado hace una hora, rompe el silencio de nuestra atmósfera y se inmiscuye con un –hola –en nuestra conversación.

–Clary –llama mi madre con reproche–. Debiste avisar con anticipación tu tardanza, siempre has sido una empleada ejemplar. Pero bueno, ahí te dejo los quehaceres que faltan.

Mi madre suelta los utensilios y se seca las manos con el trapo al costado de estos. No pregunten si lavó algo, porque quizá tenga que mostrarles toda la loza deshecha en el lavadero.

–En cuanto a ti –jala de mi brazo y salimos hacia la gran sala.

Me quedo callado frente a la mirada escudriñadora de mi madre.

– ¿____? –Su voz ha salido tan confiada y su pregunta se asemeja a una afirmación más que todo.

Mi silencio lo confirma y mi madre solo oculta una sonrisa. Su mirada sube hacia mí y me llama para sentarme, pero entonces noto que ya no soy un niño pequeño y me alejo aún más de ella.

–Jun...

–Creo que no es un momento al que yo escogería –suelto y me alejo aún más de ella.

–June...

–Mamá, déjalo ya.

–June.

MIREMOS UN MOMENTO AL PASADO (EXO, SUHO Y TÚ) -EN PAUSA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora