¡Esa maldita falda! (Black Hat X Dr. Flug)

¡No soy gay!

—¡Te estoy hablando animal! ¡Contéstame! —rugió Black Hat levantando su puño para estrellarlo en el rostro del pobre doctor.

—¡Fue Demencia! ¡Hicimos una apuesta y... perdí! —logró exclamar el joven cubriéndose con ambos brazos.

—¡¿Que van a pensar de mí si alguien te ve así, idiota?!

Dio unos pasos hacia el científico, quien en un intento por salvar su vida se dio la vuelta para escapar, pero en medio de su nerviosismo se tropezó cayendo de bruces en el suelo...

...y la falda se levantó dejando su blanco trasero al descubierto.

Black Hat se quedó rígido mirando aquello...

Esas formas redondas, esos muslos de porcelana rosados como durazno...

Esa piel parecía tan suave al tacto...

Le tomó unos instantes salir de su turbación. No se dio cuenta cuando Flug se levantó para salir huyendo. No se dio cuenta cuanto tiempo se quedó ahí de pie, mirando el sitio donde había estado el joven. Solo tenía en la mente la visión del trasero.

Le provocaba una sensación muy rara el ver a Flug así, boca abajo en el piso, con esa maldita falda agitándose para dejar ver tan bonito culo...

—¡¿Qué mierda me pasa?! —dijo llevándose las manos a la cara para ocultar su vergüenza.

Se encerró en su oficina y pasó ahí el resto del día. Pero no pudo concentrarse en nada pues de nuevo la imagen del trasero de Flug llegaba a atormentarlo. Entonces comenzó a tener pensamientos obscenos con ello...

Se imaginó a sí mismo azotando ese culo, mordiéndolo, arañándolo, dejándole marcas hasta quedar rojo...

"Tranquilízate Black Hat" pensó para sus adentros "No puedes hacer eso... Eso es gay... Y tú no lo eres"

—No, no lo soy... —se contestó en voz alta.

Aunque ya de verdad estaba dudando de su sexualidad... La imagen no se iba y los deseos raros que le provocaba iban en aumento. Se levantó y comenzó a pasear por el cuarto, se sentía muy ansioso. Lo mejor era evitar a Flug el resto del día. También el resto de la semana y el resto de la vida.

Pero lo que no podía evitar era la aparición de esa imagen en su cerebro. Quería ir a donde estaba Flug, levantarle la falda y darle unas buenas nalgadas y escucharlo quejarse de dolor, después ponerlo en cuatro y...

Tragó saliva sintiendo que algo se endurecía en sus pantalones.

—¿Por qué estoy pensando en esto? ¡N-no soy gay! ¡Aaargh! ¡Puto Flug!

Salió de la habitación rápidamente, de  pronto le había dado calor... Y sed... Sed de agua fría.

Entró a la cocina y vio a Demencia discutiendo con el doctor. Pero ni si quiera puso atención a la discusión pues sus ojos inmediatamente se posaron sobre aquella parte del científico, quien ya se había puesto sus pantalones habituales y su bata blanca.

—Oh, hola Blacky —dijo Demencia al verlo entrar.

Flug se puso muy nervioso y salió lo más rápido que pudo sin siquiera voltear a ver al recién llegado. Black Hat lo siguió con la mirada hasta que lo perdió de vista. A lo lejos escuchaba la voz de la chica hablándole pero su cerebro solo podía pensar en Flug, bueno en el trasero de Flug.

Esa bata de laboratorio no dejaba ver lo "interesante", no como la falda, esa acentuaba sus caderas.

"¿Que carajos? ¿Otra vez...? ¿Por qué sigo pensando estas mierdas?" Se dijo mentalmente.

Le pidió a Demencia un vaso con agua y mientras ella lo servía se dedicó a observarla. La chica usaba falda, una muy corta, y su trasero se veía... Pues normal... No le llamaba la atención ni un ápice. No era como el de Flug, el de Flug era apetitoso...

Le arrebató el vaso con agua a Demencia y se lo arrojó a sí mismo a la cara, después salió casi corriendo a su oficina. Donde se encerró nuevamente.

Toda la tarde estuvo recordando una y otra vez ese momento. Cuadro a cuadro como una secuencia de fotografías: donde Flug se giraba y caía al piso, al tiempo que la falda se sacudía dejando ver ese culo perfecto... Listo para ser mancillado salvajemente.

¿Que podía hacer? Tenía que ver y hablar con el científico algún día. Pero sería incómodo de muchas maneras... Pero también... podía hacerle lo que quisiera y Flug no protestaría porque le tenía miedo... Sí, Flug tampoco le diría a nadie de ello. Era prácticamente su esclavo... y uno muy sumiso...

—¡Tranquilo! —se dijo a sí mismo, golpeándose la frente con la palma de la mano repetidas veces.

Se quitó su gabardina negra y la colgó en el perchero. Vaya que tenía calor. Se sentó ante el escritorio y tomó la carpeta que tenía algunos datos y otras cosas sobre los pedidos de los compradores. Trató de leer pero no podía... La desesperación y la maldita tensión sexual lo estaban matando...

Hojeó la carpeta y tomó una de las hojas, era un pedido de un tipo quería que le fabricaran una trampa que al pisarla soltara una red hecha de acero... Trampa de acero... Trampa, acero... Trasero... Trasero de Flug... Flug y su trasero...

Se levantó tumbando todo lo de encima del escritorio de un manotazo.

—Ya no lo aguanto... —dijo antes de salir decidido hacia el laboratorio.