|¿Quién eres?|

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-¿Qué pasa si se dan cuenta de que lo asesinamos?-. Dijo la pelirroja sin apartar la vista del camino.

-Nada, el tiene una mordedura en un lugar donde no se le puede apuntar, por lo que tendremos que matarlo, hacemos un favor, ellos no tendrán que matarlo y corremos menos riesgos de que el se convierta en un caminante-. Explique sin remordimiento alguno de lo que estaba decidida a hacer.

-De acuerdo-. Confirmo ella. Me sorprendio un poco que aceptara, pero creo que es lo más común, eso es lo que se tiene que hacer.

Durante todo el trayecto hubo un total silencio entre todos, era un silencio comodo.

-Carla-. Un siseo me llamaba, el cual hacia eco por todo el bosque que estaba en nuestro alrededor.

Volteé a ver a los demás y al parecer no habían escuchado nada. ¿Cómo no lo escuchan?el sonido cada vez se hacia más intenso.

-¿Estas bien?-. Rick apareció a lado de mi, por alguna extraña razón las voces cesaron.

-Nadie esta bien-.Dije mirándolo.

-Tienes un buen punto, pero deberías ser más positiva ¿No crees?

-Lo tomare en cuenta-. Bromeé.

-Eres muy buena person Carla, igual que tu madre-. Me dedico una sonrisa para luego seguir caminando.

Llegamos a la iglesia y todos nos esperaban con una sonrisa al ver que habíamos regresado con comida.

Rick fue directamente a hablar con Carl.
Yo me dirigí adentro de la iglesia para poder saludar a mi madre. Los demás estaban desempacando las cosas que habíamos traído.
Fui hacia ella y me recibió con un abrazo, era bueno tenerla, y no sentirse del todo sola.

Para ayudar a preparar lo que iba a ser la cena de ese día mi madre y yo salimos a encender una fogata para que ella pudiera cocinar.

La noche se hizo presente y afuera estaban terminando de cocinar lo que Daryl, el "cazador y rastreador" del grupo, se dedico a cazar unas cuantas ardillas durante el camino, más aparte lo que habiamos conseguido.
Todos comían y reían adentro de la iglesia.

Yo me quede ahí sentada en la fogata, observando el fuego que aun seguia con su color a rojo vivo. Aunque al parecer no era la única que se encontraba ahí.

-¿Carla, no es así?-. La chica ojiazul rompió el silencio, la cual estaba sentada a un lado mio con una lata de comida.

-A si es-.La mire.- Y tu eres Tyrona-. Ella confirmo asintiendo con la cabeza.La plática no fue más haya de eso.

-¿Puedo sentarme?-. Carl aprecio cubriendo mi campo de visión.

-Claro-. Conteste con una gran sonrisa tonta que se notaba a kilómetros.

-El sujeto que nos trajo aquí esconde algo...-. Me decía el mientras me miraba.

-¿Por qué lo dices?-. Pregunte curiosa. Él siempre solía fijarse en cada detalle de cada cosa.

-Rasguños-. Explico el y lo mire confusa.-Hay rasguños al rededor de la casa.

Un chirrido bastante molesto empezó a sonar a mis espaldas.

-Deja de hacer eso-. Carl miró por encima de mi espalda, mirando a aquella chica pelirroja.

-Okey-. Ella se levantó dejando su lata de comida en la tierra mientras se estiraba.

-¿Por qué quieren llegar a Washington?-. Carl volteo a verla.

-Es confidencial-. Habló Tyrona.

Carla Peletier #RiggersAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora