Dos

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Castiel observaba como un humano leía bajo un árbol, era segunda vez que lo veía ahí, el viernes pasado también había estado leyendo bajo ese mismo árbol.

Cas quería buscar una forma de acercarse al chico, por lo que fue una suerte que escogiera un envase joven.

Los envases, o recipientes, eran los cuerpos de humanos que los ángeles poseían para poder caminar en la tierra. La posesión era con el consentimiento del humano, y generalmente aceptaban cuando no les quedaba nada más en la tierra y el ángel les aseguraba que pasarían la eternidad en el cielo.

El envase de Castiel, Jimmy Novak, había perdido a sus padres en un accidente automovilístico y no le quedaba nada más, Cas lo había visto a punto de suicidarse y tomó la oportunidad de salvar al humano y de conseguir un envase.

Castiel estaba bastante cómodo, para estar acostumbrado a verse como un ser celestial sin características específicas, él creía que el cabello negro y los ojos azules de Jimmy le sentaban bastante bien. Además, no debía ser mayor de 17 años.

Lo que ayudaba con su plan para acercarse al chico del árbol, ese chico lo había hecho sentir de forma especial. Cas quería conocer a ese chico para saber que era ese sentimiento en su pecho.

Pero primero necesitaba ganar el conocimiento necesario para mezclarse y vivir en el mundo de los humanos.

Para eso, Castiel contactó a su hermano Gabriel, el arcángel, quien había estado en la Tierra por mucho más tiempo que cualquier otro angel.

Hoy en la noche habían acordado su reunión y Castiel la esperaba con ansias. Hace milenios que no veía a su hermano, y los rumores sobre él en el cielo lo hacían verse casi tan mal como el mismo Lucifer. Gabriel había dejado el cielo tan pronto como le había sido posible cuando la guerra entre ángeles había empezado. Las pocas noticias que se tenían de él, era que estaba merodeando por ahí como un dios pagano. Pero de eso hace milenios. Y ahora nada, silencio total.

Pero Cas había conseguido contactarlo y se sentía bastante orgulloso por eso. El chico del árbol se levantó, eran las 5 de la tarde y como la vez anterior, guardó su libro en la mochila y sacudió sus jeans, alejándose por el camino de piedra que llevaba a la salida del parque.

Castiel había tomado una decisión, entraría a la secundaria en la que Sam estaba, era la mejor forma de conocerlo de cerca.

El ángel se quedó hasta entrada la noche en el parque, a medianoche, una figura se sentó a su lado.

-Cuanto tiempo, Cassie, ¿me extrañaste?- el tono burlón de Gabriel hizo un leve eco en el parque vacío.

-No tanto como crees, disfruté todo ese tiempo sin tus bromas, aunque a veces todo estaba muy tranquilo allá arriba-

-¿Para qué me necesitabas?-

-Necesito tener el conocimiento de lo que está de moda hoy en día, y cosas del pasado también... quiero internarme en el mundo de los humanos-

-¿Por qué? ¿qué tienen ellos que quieres conocer de cerca?-

-¿Y que problema tiene?- Cas suspiró -tu estás desde hace milenios con ellos-

-Si, pero como dios pagano... y aún no me dices porque quieres estar con ellos-

-Bueno... es todo y nada a la vez, simplemente quiero estar aquí-

-Oh por Papá... ¡encontraste a alguien!-

-¿¡Qué!?-

-Cas, los ángeles no quieren estar aquí abajo así por que si, siempre hay un motivo profundo, por lo que supongo que encontraste a alguien que proteger, a quien querer porque lo necesita-

Cas bajó su mirada, Gabe estaba en lo cierto.

-Creo que es eso- murmuró

-Bueno, yo no soy nadie para prohibirte cosas, así que...- Gabe levantó dos de sus dedos y los presionó en la frente de Cas -¡listo! deberías ser capaz de sobrevivir con eso.

-Gracias Gabriel- murmuró Cas

-no hay de que hermanito- Gabe se levantó -ah, no olvides hablarme sobre este humano, ¿okay?-

-okay-

El arcángel sonrió y desapareció con el ruido de alas quedando tras él.

Learn to Fly [Sastiel fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora