octavo capítulo: necesidad.

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"¿qué?" murmura el rubio frunciendo su ceño, molesto "eso no puede ser posible..."


"oh vamos querido mitchell, es común en chicos como él. su padre muerto y su madre fuera de casa puff, me sorprende que no lleve chicos a su casa para quién sabe que cosas, ya sabrás a lo que me refiero ¿no?" rodeo los ojos mientras que soltaba una risita "dicen que siempre está en los baños del tercer edificio en el antepenúltimo periodo de clases, ¿quién irá por eso?"


"yo podría ir..." interviene mark.

"no, iré yo" interrumpe mike viendo a sus amigos, se levanta de golpe y esconde sus manos en su chaqueta "sin discusiones"

"jamás te había visto tan decidido amigo mío ¿de dónde salió ese coraje?" ríe travis mientras que muerde su labio inferior.


ambos se ven directamente a los ojos como si estuvieran hablando con esas intensas miradas, los ojos azules del rubio se endurecen. ¡quiere lanzar todo a la mierda! ¡odia todo lo que a sucedido con su vida!



"ya era hora de tener coraje" le contesta finalmente mientras que se da media vuelta y se marcha de la cafetería.




-












las 10:00am marco el reloj, el único hijo de los pitchard se encontraba caminando hacia los baños del tercer edificio, empujó la puerta lentamente dejando ver aquellos rayones hechos con pintura negra contra la escuela y un terrible olor a marihuana lleno sus fosas nasales.


habían varias chicos quemando aquella hierva y en una esquina, ahí estaba él. aquel chico que le sacaba suspiros, sonrisas y lágrimas, aquel chico que siempre tenía lindos vestidos, uñas perfectamente arregladas y decoradas, zapatos relucientes y su piel terriblemente delicada que ahora se ve seca, quebrada y pálida, sus uñas se encuentran descuidadas, sus delgadas piernas lampiñas están cubiertas por un pantalón roto de las rodillas, billie joe ahora era la misma representación de lo malcriado y de lo que estaba mal.


"billie..." le llamo acercándose a él.


pareciera que fue una eternidad cuando lo tuvo así de cerca.


"a dos dólares el porro de marihuana" le responde sin mirarle.

"¿qué te sucedió?" le responde mirándolo de arriba abajo, aquellos ojitos verdes habían perdido brillo y ahora parecían que todo el tiempo estaban tristes.

"compras o te vas, son las reglas de aquí" finalmente alza la mirada, su mirada es de completo odio. "¿así que qué dices?"

"háblame por favor" le ruega sosteniéndolo del brazo, billie libera el agarre de su brazo.

"compra o vete, ahora"


mike solamente atina a darle los seis dólares por un intento de estar unos segundos más cerca de billie, el moreno le extiende tres porros de marihuana.


"disfrútalo" le dice con una sonrisa falsa, mike solamente da un paso hacia atrás.

"háblame, por favor" ruega una vez más "déjame recuperarte una vez más. prometo aclararte todo, prometo recompensarte, prometo ser el mike que tú necesitas... por favor"


y billie solamente llevo el porro de marihuana a sus labios y dio una calada, ignorándolo.


"billie..." le vuelve a nombrar en un suspiro lejano lleno de melancolía y dolor. "perdóname por todo amigo"

"nosotros no somos amigos, el único amigo que tengo es frank" responde finalmente mientras que tira el resto del porro "tú no sabes una mierda sobre mi, así que lárgate e ignórame como lo hiciste estos ocho años, búrlate de mi junto con tu pandilla de amigos, todo lo que venga de ti" le mira de arriba a abajo. "me da exactamente lo mismo, no me importas mike"


el rubio con la mirada agachada y ojos llorosos, se va de aquel repugnante lugar hacia su clase, billie por su parte solamente se encierra en uno de esos baños sucios y llora, cubre su boca para callar esos infinitos sollozos; "te necesito otra vez a mi lado mike..." le dice al aire con esperanzas de que el viento le lleve sus palabras, algo imposible.

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