segundo capítulo: al día siguiente.

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"billie." lo llama su padre, el moreno se gira a verlo con una sonrisa. "hay que hablar sobre algo... ¿sí pequeño?" asiente dejando sus muñecas en la mesa de su habitación. "¿de dónde sacaste el vestido?"

su padre se sienta en el suelo y billie imita su acción para después sonreírle. "del armario de madison, ya no lo usaba y lo tome. sé que no debo tomar cosas que son mías pero estaba muy bonito..."

"¿te gustan las cosas de niñas?" pregunta con tonada de seriedad y obviedad. (jamás había entrado a la habitación de su hijo pues siempre se la pasaba en el trabajo y su madre siempre estaba en la cocina preparando la comida o en el jardín, en su habitación o cualquier otro lado. ¿cómo se habrían dado cuenta?) billie asiente constantemente aunque sabe que cuando su padre usa ese tono de voz es muy seguro de que lo regañe. "oh- billie."



silencio, el menor puede ver cómo su padre muerde su labio inferior. indicio de que está pensando.


"leí que te gustan los días de carnaval ¿verdad?" le dice mientras que se gira a verle. "porque te puedes vestir como quieras." el moreno asiente frenéticamente con una sonrisa. "¿te gustarían que todos los días sean de carnaval? dentro de la casa."


"¿solo en la casa?" sus labios tiemblan, sus ojitos demuestran tristeza. "¿por qué? papá, a mí no me gusta usar pantalones ni camisas. a mí me gustan los vestidos y los zapatos de cordones, me gusta poder pintarme las uñas y los labios..."

"sé que te gustan esas cosas billie." murmura su padre y lleva su mano a la mejilla de su hijo para poder acariciarla. "pero a los demás les resulta raro y aveces malo. a la gente le da miedo lo que es diferente, y tú hijo; eres único. ¿sí? y eso a la gente le podría darle miedo y pueda que te hagan cosas feas."


"pero... no lo entiendo. ¿quién hace cosas feas a una persona por querer vestirse cómo quiere? a mí me gustan los brillos... ellos deben aceptarlo..."


"lo sé pero ellos no lo hacen. ¿sí?" asiente costosamente, aguantando las lágrimas, su nariz comenzaba a doler pues estaba obteniendo un color rojizo de que quería llorar. "oh- hijo, no llores. mamá y yo siempre te vamos a proteger de esos comentarios malos, por eso dentro de la casa podrás usar vestidos o faldas pero afuera tendrás que usar pantalones."

"está bien papá." acepta finalmente con una sonrisa de por medio.

"no debes agradecer y..." mira la habitación que está pintada de azul. "¿quieres un tapiz rosa o...?"

verde claro!"


su padre suelta una risa y asiente.



definitivamente, billie era único.

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