Las aventuras del enigmático grupo de héroes de Scouth Island cambia abruptamente ante la llegada de Suner, el alter ego femenino de Sonic. Si bien, las cosas parecían ser como cualquier incidente que provocaba la llegada de alguien de una dimensión...
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Un día común y corriente. Una batalla normal donde los héroes del lugar terminan victoriosos y hacen su ritual de triunfo, nada raro, nada fuera de lo habitual. Y ese era el problema.
—¿Qué nada interesante pasa en este lugar? —dijo un erizo azul de ojos esmeralda. Sus amigos que lo acompañaban solo soltaron un suspiro, ya era común escuchar alguna queja, al menos así era desde hace algunos meses.
—Sonic, creo que estás exagerando. —le reclamó una erizo de color rosa, mientras caminaba a unos cuantos centímetros atrás de Sonic, era un poco más baja que el erizo y tenía los ojos verde claro. —Además, no todo es tan malo, mira el lado positivo.
—¿Hay un lado positivo? —esta vez habló un equidna. Su gran cuerpo y color rojo destacaban entre el resto de su equipo. La erizo le dirigió una mirada de descontento y el no entendió la razón.
—¡Oh, por supuesto que no lo hay! —exclamó Sonic. —No solo debemos de hacer la misma rutina aburrida, también debemos de soportar todas las demás cosas aburridas.
—¿Y qué esperabas? —habló un pequeño zorro amarillo cuya cualidad era poseer dos colas en vez de lo habitual que era solo una. —Vivimos en una Isla con menos de mil habitantes, las cosas de rutina existen en los pequeños pueblos y comúnmente no son posibles de cambiar, pero siempre puedes viajar quizá no te aburrirías tanto.
—¿Viajar? Tails, ya he viajado a todo sitio existente en este pequeño mundo y es exactamente como creí que sería. —dijo Sonic. —¡Aburrido! ¡Es que no hay nada! Sin acción, sin aventura y ni siquiera un enemigo formidable que no sea el payaso de Eggman.
Tails soltó un suspiro dejando atrás el intento de apaciguar el ánimo del mayor.
—Amy, habla con él, no se como convencerlo. —dijo y la erizo rosa volteó en dirección de Tails cuando la nombró antes de que este hiciera girar sus dos colas y comenzar a volar apartándose un poco del grupo y, sobre todo, de las quejas de su mejor amigo.
Respirando hondo Amy avanzó y se colocó lado a lado de Sonic, esperaba que nada de esto terminara en gritos.
—Sonic, aunque comprendo tu aburrimiento, creo que debes de pensar que la fortuna de lo cotidiano no se comparaba con nada, ¿por qué no disfrutas de la vida como está? Sin verdaderos problemas, sufrimiento y perdida. —exclamó calmadamente, Sonic no la volteó a ver en ningún momento, posiblemente ignorando su discurso. —Hay cosas que son mejores tal y como están, además, exigir un cambio por un capricho puede causar catástrofes que nadie podría resolver. —terminó de hablar y entonces Sonic se detuvo.
Por un segundo todos creyeron que Amy había logrado hacer recapacitar al erizo.
—No me voy a resignar, ¡quiero emoción y aventuras reales! ¡No tonterías comunes! —fue lo que dijo antes de desparecer cual rayo. Amy y Tails soltaron otro suspiro, mientras que el resto solo se quejó.
