Las aventuras del enigmático grupo de héroes de Scouth Island cambia abruptamente ante la llegada de Suner, el alter ego femenino de Sonic. Si bien, las cosas parecían ser como cualquier incidente que provocaba la llegada de alguien de una dimensión...
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Luego de que Sonic y Suner lograsen convencer al Doctor Eggman para construir la máquina que ayudaría a regresar a Suner, los dos héroes tomaron la decisión de ir a la cabaña que tanto conocían. Sonic por un lado deseaba evitar los lugares que frecuentaban también sus amigos, pero tampoco había muchas posibilidades. Además, no es que tuviese muchas alternativas, comenzaba a oscurecer y no podían ir cada uno por separado.
—¿Cuánto tiempo le tomará? —preguntó Suner a Sonic, mientras ambos caminaban sin mucha prisa hacia la cabaña de la playa.
—Conociendo a Eggman y a su orgullo logrará esto lo más pronto posible. —comentó Sonic en respuesta. —Normalmente, toma alrededor de dos días construir una máquina dimensional.
Suner soltó un suspiro, aún no daba crédito a las afirmaciones de su alter ego. Viajar a distintas dimensiones, ser participe de ello era más como un sueño que una realidad.
—Realmente tienes que escuchar lo que dices. —exclamó mirándole y deteniendo su andar. —Porque en serio, esto me sigue pareciendo muy...
—¿Imposible? —completó el erizo con una ceja alzada.
—Alucinante diría. —corrigió Suner y volvió a andar, Sonic la siguió. —Un tipo que puede viajar en un parpadeo a otra realidad, versiones de ustedes ¡y ustedes! —giró a verlo y continuó.—Yendo a otras dimensiones como si fuera un recorrido turístico cualquiera. —un nuevo suspiro salió de su boca. —Mi vida suena aburrida en comparación.
—Oh, no comencemos. —dijo Sonic queriendo cortar cualquier tipo de conversación que incluyera al aburrimiento. Suner quedó confundida por aquello y entrecerró los ojos dispuesta a saber más.
Continuaron en silencio el recorrido hacia la cabaña de Sonic, la cual después unos minutos se visualizó por completo. Una bella imagen del edificio con la puesta de sol fue el recibimiento que los héroes; las luces rojizas y naranja se esparcieron alrededor, en su techo de paja y en sus pilares de madera. Deteniendo sus pasos observaron aquella escena.
—De vez en cuando... —inició Sonic, Suner no volteó a verlo, pero si escuchó con atención. —Me sorprendo al ver que algo así... —dijo refiriéndose al atardecer. —Se vuelva absolutamente hermoso.
Suner recorrió con la mirada la tan reconocible cabaña. No era tan diferente a la suya, solo notando que esta no tenía las decoraciones y leves cambios que había hecho Andy en la propia.
—Quizá es porque pasamos mucho tiempo corriendo. —exclamó Suner casi en un susurro. —Que cuando nos detenemos las cosas parecen mil veces más increíbles.
