« f a m i l y w o l f h a r d »

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— Cariño, es hora — oí el susurro de mi madre.

Respecto a su tono, era débil y suave. Tan solo al oírlo me daban ganas de llorar junto a ella y decirle que la perdonaba y que no me marcharía de su lado, pero aún no me quiere explicar por qué me deja ir tan rápido. ¿No se supone que me aman? ¡Por qué diablos no luchan por mí! yo siempre he luchado por ellos.

— Bajo en unos momentos — susurré de una manera fría.

La oí salir de la habitación seguido de un sollozo silencioso. Respiré hondo mientras me ponía en pie, escogí un conjunto para vestirme. No diré que fue simple porque no lo fue, trate de vestirme para impresionar. Iré a la casa de un famoso, ¿no?

Jeans azul claro, tiro alto. Pollera rosa pálido y una gorra negra. Me puse mis zapatillas gastadas, eran las únicas que tenía, este último tiempo mamá no me ha podido comprar nada. Así que me mantenía usando la misma ropa casi todos los días, más de 4 conjuntos no tenía.

Agarré una mochila y de mala gana coloqué todo adentro. Mis cosas personales las puse en otro bolso y así teniendo dos bolsos que llegar. Uno en mi espalda y el otro debía cargarlo en mis manos. Suspire al ver mi mueble vacío, mi ropero vacío. Ya no quedaba mucho de mi aquí.

Bajé a la cocina en la cuál mamá me había preparado un simple sándwich, repito; mamá y papá no han podido hacer muchas compras estos meses.

Me comí el sándwich en paz mientras oía los sollozos de mi madre en la otra sala. Mamá partía mi corazón, pero repito.

¿Por qué me dejan ir así como así?

— Ellos mandaron un jet para ti — comentó papá entrando. — Estará esperándote en 20 minutos allá.

Solo me limité a asentir, para cuando por fin terminé mi desayuno, miré a mis padres asintiendo. Los tres nos subimos al auto y nos dirigimos al aeropuerto, en el camino mi madre seguía ahogando sollozos mientras papá ocultaba las lágrimas. ¿Yo? Yo tenía ganas de salir corriendo y gritarle a todos que esto es injusto.

Cuando llegamos me bajé del auto con mis dos bolsos, ellos también de bajaron. Miré a ambos con una mueca y sin aguantarlo más, me lancé a los brazos de mamá.

— Por favor promete que llamarás todas las noches — sollozó en mi hombro. Sentí como derramaba un par de lágrimas al oírla.

— Lo prometo, lo prometo — susurré.

— Te amo, hija — susurró sin importarle que no tuviéramos la misma sangre.

— Te amo más, mamá — sollocé.

Al separarnos, papá me dio un fuerte abrazó el cuál correspondí. Sin más opciones, me encaminé con un nudo en la garganta al jet que esperaba apartado. Un hombre fornido me esperaba en la escalera del jet, le sonreí de saludo él solo asintió. Me subí con las manos temblorosas, me senté en un asiento apartado de todo, abrace mis piernas y comencé a llorar sin fin.

No, no quería dejar mi hogar.

( ... )

— Hey, señorita wolfhard — sentí como me removían.

wolfhard.

Abrí mis ojos con pereza, los sentía hinchados y me ardían. Agradecí al hombre por despertarme, noté que en el jet habían unos lentes de sol en un asiento. Mordí mi labio nerviosa.

— Señor — llamé al hombre fornido. — Esos lentes, ¿son de usted?

— Sí, señorita — respondió. — Pero se los puedo regalar, por lo que veo, sus ojos necesitan ser cubridos temporalmente.

— Gracias — susurré con una sonrisa.

Agarré los lentes y cubrí mis ojos hinchados. Bajé del jet sintiendo como mi vista era destellada por la fuerte luz del sol.

El aeropuerto estaba algo vacío por lo que note la presencia fácilmente de una señora junto a Finn wolfhard. Junto a quien alguna vez fue mi crush y ahora mi hermano.

Eso, sonó raro y asqueroso.

—Hol..

no pude acabar la frase porque dicha señora me asfixiaba en un abrazo.

— Perdón, perdón por todo. Te daremos lo que quieras, si algún día quieres ir a visitarlos te lo concederemos — la oí sollozar.

Por favor, basta de sollozos por un día.

— Me costará disculparte, pero con el tiempo las heridas sanan — comenté ella solo sonrió. — hasta las más profundas — susurré para pero al parecer "finn" escuchó.

— Hola, soy Finn... tu mellizo — se presentó algo nervioso. Su madre veía la escena emocionada.

Lo sé, debería decir: nuestra madre. Pero aún no puedo, no aún.

— H-hola, s-soy vanessa — tartamudeé como idiota.

¡Oh, vamos! No de un día a otro dejará se ser mi ídolo.

Finn sonrío con ternura.

— Vamos, hablarán en la casa — nos apresuró su madre. — Finn, ayuda a vanessa con un bolso — pidió la madre.

— Gracias — susurré cuando Finn cargó el bolso más pesado.

Los tres nos subimos al vehículo el cuál su madre comenzó a manejar.

The Finn's sister | jack grazer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora