¿Qué significa?

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Se despertó tosiendo, sudado, lágrimas en sus ojos y todo lo que venía con su ya rutina nocturna. Antonio se despertó perezosamente y echó una palabrota al darse cuenta que había olvidado el agua de Lovino. Lovino gritó de dolor como tosía con aún más fuerza que antes.

Cuando finalmente consiguió recuperar el aliento, tomó una inhalación y tragó, notando el sabor metálico en su boca otra vez. Gimió y trató de seguir tragando hacerlo pasar. Antonio volvió a la habitación con el vaso de agua para Lovino.

—¿Qué es eso? —Preguntó Antonio, agarrando la mano de Lovino en lugar de entregarle el agua, Lovino miró y notó una mancha en su mano. Antonio encendió la lámpara y jadeó. Su mano, sus labios y barbilla estaban cubiertos de sangre.

—¡Estás tosiendo sangre! —Gritó Antonio. Le pasó el vaso a Lovino y frunció el ceño.

—¿Y eso qué? —Carraspeó, bebiendo el agua para deshacerse del horrendo sabor a sangre en su boca. Se le pasaron las ganas de toser y puso el vaso en la mesa.

—¿Y eso qué? Pues no puedo llevarte al doctor debido a tus orejas y cola... y tampoco puedo con un veterinario ya que eres mayor parte humano...

Antonio se levantó a buscar un pañuelo húmedo y cuidadosamente le limpió la mano y barbilla a Lovino.

Lovino le fulminó con la mirada. —Estaré bien... esta es la primera vez que pasa, tal vez solo es porque tosí muy fuerte, enserio, deja de preocuparte.

El español frunció el ceño, pero asintió. Quizás tenía razón, pero... ¿por qué tosía así cada noche en primer lugar?

Lovino murmuró un buenas noches y se acurrucó. Antonio miró como volvía a conciliar el suelo en silencio... ¿Quizás Lovino tenía alguna clase de enfermedad? Desearía poder llevarlo al hospital.

Finalmente se volvió a acostar, mirando la espalda de Lovino. No podía perderle...

La mañana siguiente se despertó al escuchar como alguien golpeaba la puerta con fuerza seguido de unas palabrotas. Antonio se levantó de la cama y se dirigió a la puerta echando un vistazo por la mirilla. Su jefe estaba en la puerta junto con otras dos personas.

Dejó escapar un quejido, no quería lidiar con su jefe tan temprano, pero aún así abrió la puerta. -¿Ludwig? ¿Tienes idea de qué hora es?

—Las siete con dieciocho minutos, y tenemos un problema.

—¡Ve~! ¡Tonio! —Uno de los acompañantes de Ludwig se le lanzó encima en un abrazo. Bajó la vista al joven castaño que lo abrazaba. Este le miró con sus ojos color miel y sonrió. —¡Lo hice! ¡Me convertí en humano!

—¿Feli?

—¡Ve~! ¡Sip! ¿Dónde está Lovi? ¡También quiero enseñarle! —Feliciano soltó a Antonio justo cuando Lovino caminaba adormilado a la habitación.

—¿Qué carajos está pasando aquí, bastardo? —Gruñó Lovino, frotándose los ojos.

—¡LOVI~! —Feliciano se abalanzó al otro chico tirándolo al suelo y empezó a frotar sus mejillas con las de él. -¡Mira! ¡Me volví un humano también! ¡Tenías razón! ¡Todo lo que tenía que hacer era pedir un deseo!

Lovino lo miró confundido, pero reconoció su rulo y los ojos color miel. —¡Maldita sea, Feliciano, quítate de encima!

Ludwig y Gilbert entraron a la casa. Antonio sonreía.

—¿Romano, eh? —Sonrió Gilbert—. ¿Nunca te deshiciste de Lovino, o si?

Antonio se sonrojó. —No... me desperté hace poco más de una semana y él estaba así... espera... ¿por qué Feliciano no tiene orejas de gato o cola?

NekoRoma - Hetalia [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora