Capítulo 2: Situaciones...

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-Padre ¿esto de verdad se come?- Pregunte mirando lo que se suponía era una abundante porción de battera*.

-Hnn- Vaya que respuesta…

-Padre ahora que convivimos en soledad creo que hay que poner reglas- Este tipo me iba a escuchar- Desde ya te digo que odio tus malditos monosílabos y mucho menos los entiendo. Así que si queremos vivir con armonía y paz te recomiendo que vayas hablando un poquito más y de seguido en lo posible.

Desde el lunes que estábamos ambos en soledad y la relación no es que haya cambiado mucho que digamos. Era día jueves y los alimentos que había preparado mamá ya se habían acabado, así como los demás víveres.

Y la despensa pudo haber aguantado más pero, anoche cayeron de visita Chouchou, Bolt y Mitsuki.

Y podría decir que si tuviera que elegir entre las opciones de invitar a comer a 100 hombres en ayunas y ese trio, juro que no dudaría dos veces en tirarme de cabeza a la primera opción.

Pero bueno, ellos son buena gente.

Volviendo a la situación en cuestión, la cosa era que mientras hoy yo fui a la academia, mi padre se había quedado en casa y bueno… se podría decir que su mejor amiga no es la cocina.

Yo como buena niña intente mejorar nuestra relación pero falle en la mayoría de mis intentos y como que ya me canse.

-Padre ¿me estas escuchando?- El solo me miraba con cara de nada, ni siquiera pestañea, no, esperen, acaba de hacerlo.

-¿Qué es lo que quieres que diga Sarada?- ¡Existen los milagros! Acaba de armar una oración.

-Quiero serte sincera, me molesta que cada vez que te pregunto algo me respondas con monosílabos, quiero que me hables, con oraciones largas y firmes, con coherencia en lo posible, así como yo te hablo y como la gente normal te habla- Era hora de poner las cosas en claro- Y otra cosa ¿se puede saber qué haces todo el maldito día?- Puede que esté un poco cabreada…

-Antes que nada quiero que te dirijas a mí con respeto. Soy tu padre Sarada no alguno de tus amigos- Por el amor de Dios. ¡Mi padre me estaba llamando la atención! Me siento rara, siento que mis mejillas arden- ¿Me escuchaste?

-Si papá- Respondí obediente. Decir esas palabras me hizo sentir extraña y feliz al mismo tiempo, el primer llamado de atención que me hace mi padre. Creo que mi enojo desapareció.

- Bueno. En primer es lo que había para comer- Suspiro- Y lo demás, bien como te habrás dado cuenta no soy una persona muy comunicativa pero si así lo deseas hablare y me comunicare de manera más expresiva. Y en cuanto a lo último, se podría decir que atiendo asuntos importantes- Termino de responderme de manera calma.

Wow, que fácil y tranquilo sonó eso.

-¿Puedo saber de qué van esos asuntos importantes?- Me entro una repentina curiosidad de saber a qué se dedicaba mi padre mientras no estaba de misión.

-Supongo que sí. Me paso el día en la oficina del Hokague planificando misiones futuras además de planes- ¿Todos los días hace lo mismo? Bueno las misiones que siempre toma son peligrosas, supongo que llevan mucha planificación y esas cosas.

-¿O sea que pasas toda la mañana con el Séptimo?-Trate de sonar tranquila pero creo que no me salió, hasta yo escuche mi voz de emocionada. Y es que, era algo que nadie sabe pero la verdad es que yo admiro mucho al Séptimo, es más cuando sea grande yo también seré Hokague. Es mi mayor sueño, el cual estoy decidida a cumplir desde el fondo de mi corazón.

Conviviendo con papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora