Iba caminando después de haber terminado las clases en la universidad, estaba totalmente agotada, la mañana había sido agitada y atareada, sólo tenía ganas para darme una ducha y dormir el resto de la tarde, pero tenía la última práctica antes de viajar a las clasificatorias el sábado por la mañana, me alegra que Margaret se haya compadecido de nosotros y nos haya dado el viernes libre. Shane había dicho que iría conmigo, después de lo que pasó, sigue sin contestar mis llamadas, y tampoco quiero insistirle tanto, dejaré que se le pase solo, es mejor.
Debido a mi extremo cansancio esta semana, estoy pensando en dejar al equipo de volleyball, no tengo tiempo para ir a todas las prácticas, se lo comenté a nuestro coach, pero dijo que lo pensara mejor y que no tomara una decisión tan apresurada. Esta tarde antes de ir a la academia me veré con Elliot, un viejo amigo que conocí a través de mi hermana, ella es profesora y le hizo clases por un tiempo, Elliot era un bom bom cuando lo vi la primera vez, luego lo conocí y la verdad es que no es la gran cosa, quitó todos sus encantos que había visto, además tiene novia, y yo no quiero hacer un mal trío.
Mientras iba es una disputa con mi “yo” interno, y escuchaba música, pasó un torpe corriendo a mi lado y botó todas mis cosas, no pude aguantarme y le grité un par de cosas, pero este ni se inmutó, me agache regañadientes mientras levanta mis cosas del suelo, y alguien me habló haciendo que me sobresaltara.
-No deberías maldecir de esa manera pequeñita – Lo veo y no lo creo.
-¿Marco? – Abrí mis ojos de par en par, esto era lo que me faltaba, en las situaciones más vergonzosas, Marco siempre aparece, tuvimos una relación, era bonita hasta que el torpe este la arruinó cuando entro a la Universidad dos años antes que yo, ni siquiera estudia cerca mío como para que se aparezca por esta calle.
-El mismo, en gloria y majestad – Dijo ayudándome
-No necesito tu ayuda, puedes irte – Sin mirarlo le arrebaté de las manos mis libros, dando media vuelta para continuar con mi camino.
-¿Te vas así nada mas?, ¿no me darás un besito por haberte ayudado? – Si hablamos de personas engreídas y burlonas, este cabezón es el numero 1.
-Solo vete, no molestes Marco, tengo mejores cosas que hacer, como para seguir aquí y estar aquí viéndote la cara.
-Uy ahora eres más ruda… me agrada – Le mostré mi hermoso dedo del medio y seguí caminando - ¡Estamos en la misma cuidad, no puedes evitarme siempre! – Gritó él riendo mientras yo me alejaba.
Nunca he intentado evitarlo, no tengo por que hacerlo, es una persona más en esta cuidad, solo quiere sentirse importante, el pobrecito aún piensa que yo muero por él, pero él es que siempre esta al pendiente de mi, o eso dice Jody… en fin, tengo que ver a quién le regalaré una de las entradas, pensé en Jody, aún lo pienso de hecho, le agradan los chicos, pero no sé si sea la indicada, la cuarta entrada la puse en venta por internet y había muchas niñas que la querían, solo estoy esperando la mejor oferta, necesito dinero para sobrevivir en Londres… ¡Ay Londres! no puedo evitar sonreír cada vez que pienso que mi suerte ha ido aumentando, me siento hasta más viva y feliz de lo normal.
-¡Jody! Me alegra que llames, iba pensando en ti.
-Ya sé que no puedes vivir sin mi Ariel, pero inténtalo por favor – Manifestó Jody entre risas.
-Lo haré, Hey necesito que vengas a mi casa esta noche, puedes quedarte, no iré a clases mañana y tenemos que hablar contigo.
-¿Tenemos?
