Desperté por el sonido de mi alarma, era temprano, tenía tiempo suficiente para desayunar tranquila, fui directo a la cocina esperando encontrarme con Shane allí, pero sólo estaba mi madre preparando unas tostadas, inspeccioné cada rincón de la habitación, pero no había rastros de él, salí del lugar y fui hacia la habitación de Scott, quizás aún no se despertaba, no sabía que decirle exactamente, todo había sido tan extraño y confuso, debería olvidar y fingir que nada pasó, pero se me era casi imposible poder hacerlo, tenía pegado en mi mente cada movimiento de él, sentía todo en cámara lenta, pero en realidad todo fue rapadísimo. Mientras seguía buscando las palabras para dirigirme a Shane pude notar que la puerta de la habitación estaba entreabierta, me asomé sigilosamente, y no había nadie, la cama estaba completamente hecha, como si nunca nadie hubiese dormido ahí, o quizás eso fue exactamente lo que paso, él decidió irse, y no dormir aquí, o se fue muy temprano. Me vino un gran sentimiento de culpa, pero no sé porque, ¿debería haber dejado que me besara?, en cierta forma fui yo quien lo “provocó”, pero siempre me he comportado de la misma manera con él, no creo que haya sido mi actitud, mis muecas, o mis gestos, o no sé, ¿Por qué todo se sentía diferente para él, o para mí?
Sin dar más vueltas al asunto por ahora al menos, fui a vestirme, hacía un frio horrible afuera, y como tenía práctica por la tarde, opté por ponerme un buzo, común en mí, y además muy cómodo, bajé de nuevo a la cocina y mama me tenía todo servido en la mesa.
-Buenos días mama, gracias – sonreí, era un lindo gesto de su parte - ¿Shane no bajará a desayunar? – fui directo al grano.
-No, dijo que sus padres le habían pedido que regresara a casa temprano, se fue antes de que despertaras, no quiso molestarte – Dijo mi madre mirando con ternura – pero te dejó una nota – me guiño un ojo y luego rió.
-¿Dónde está la nota? – pregunte sorprendida, se formó un gran nudo en mi estómago, quizás ya no quería verme, o estaba molesto conmigo – no tengo más hambre, ¿puedes darme la nota mama?
-Solo diste una mascada a tu pan hija – Su mirada cambio a una seria y preocupación.
-Por favor mama… ¿puedo levantarme?
-De acuerdo, pero te pondré algunas de estas cosas en tu lonchera, te dará hambre después de un rato – dijo recogiendo las cosas de la mesa – la nota esta en habitación, la arrojó por debajo de la puerta, eres una ciega – y con esto finalizó y yo fui por la tan bendita nota.
“Mi pequeña Ariel, en verdad siento mucho lo que pasó anoche, me dejé llevar por un mal impulso, mi intención no era ofenderte en lo absoluto y si lo hice, por favor perdóname… no quiero que las cosas cambien entre nosotros por un pequeño detalle, son muchas años de amistad que se irían por la borda, no pude quedarme a desayunar esta mañana, mis padres me han llamado, me habría encantado decirte esto yo mismo en persona, pero las circunstancias no me lo permitieron, como sabes debo volver a la universidad mañana, y no creo que nos veamos hoy, cuando vuelva en 3 semanas lo primero que hare será visitarte y hablar contigo, no quiero que te sientas mal contigo misma, o extraña al estar junto mí, no mal interpretes lo que sucedió, es lo que más te pido, espero que puedas olvidarlo pequeña, finjamos que no pasó nada hasta que podamos hablarlo cara a cara, y bueno, si no quieres hablarlo está bien, y si estas molesta también lo entenderé, solo me queda decirte que te quiero mucho mi pequeña, y trataré de llamarte en mis tiempos libres, un beso y un abrazo…
Shane”
Había olvidado por completo que regresaba a NY, he estado pensando solo en mis problemas que no lo había recordado, al menos sé que él también quiere olvidarlo, y lo mejor es lo de fingir que nada sucedió, cuento corto para los dos, y un peso menos de encima, Shane seguía siendo el mismo, sólo fue un desliz.