-¿Diga?
-Hey tonta, soy Alice – Puedo sentir como se forma una sonrisa en el rostro de Alice.
-Tonta tu abuela, ¿de qué teléfono me llamas? – Digo riendo.
-Am, del teléfono de Hank.
-¿Action Hank? – Digo ya en una carcajada - ¿Qué haces con él?
-Solo Hank ¿Ok?
-¡Oh vamos! ¿Quién se llama Hank?, su nombre es raro, igual que él.
-Te explico luego, ahora te llamo por otra cosa.
-Escupe la sopa, tengo mucho que hacer.
-¿Señorita ocupada?
-Solo dime luego, saldré con Shane hoy.
-Ajá – y vuelvo a sentir una perversa sonrisa en su rostro.
-Es solo mi amigo uno de los buenos y lo sabes – Digo ya harta, es suficiente que mi hermana lo quiera como cuñado.
-Eso dicen todos al principio.
-Lo vengo diciendo desde hace 7 años, idiota.
-¡Agresiva!
-Ok, no llegaremos a nada, adiós.
-¡NO!, ¿ya supiste quien gano el concurso de World? – por su tono de voz supongo que ella ya lo sabe.
-No, no me interesa – digo simulando que no me importa en lo absoluto.
-Fue Rebecca – y dos preguntas se pegan en mi frente ¿Cómo es posible? ¿De cuándo ella es fan?
-¡No inventes!, ¡¿Rewecca?! ¡Qué mierda! – Y siento mi rostro hervir de furia.
-Lo sé, pero da igual, aun tenemos palomitas y el plasma para verlos – Alice suena algo resignada.
-ya tengo que irme, nos olemos luego.
-¡iugh!
-¡Bazinga! – y con una dulce risa cuelgo el teléfono.
Bien entonces no ganamos… pero llegue al final del plan, lo que no se va es la desilusión, me siento extraña, y mis pensamientos son vagos, por un momento llegue a creer que si lo lograría… Esperanzarse no sirve de nada, todo se va al retrete, ya nada resulta como espero y otra de mis “metas” que no puedo tachar de mi lista, ¡soy patética!
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El estúpido sonido de mi celular interrumpe mi siesta.
-¿Si? – Digo casi en susurro y con voz somnolienta.
-Hola, ¿podría comunicarme con la Señorita Alice Browning?
-¿Si con ella?, Am, gracias por llamar, pero no quiero cambiarme de compañía ni comprar bolsas de minutos, ni de mensajes, y tampoco me interesan planes para el teléfono, que tenga buen día y no se moleste en volver a llamar, gracias – La verdad es que las compañías telefónicas me tienen harta, llaman todos los días a cada momento.
-No, no, usted no comprende – Dice muy calmada la mujer en la otra línea.
-¿Disculpe?, creo que fui bastante clara – digo en tono de reproche.
-No somos de ninguna compañía de nada – y creo que está riendo.
-Entonces usted me llama ¿Por qué….?