Capítulo uno

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[ —Tienes que admitir que soy tu mejor opción para ya sabes qué

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[ —Tienes que admitir que soy tu mejor opción para ya sabes qué. ]

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Los nervios se apoderaban de mí haciendo que sintiera como si pequeñas hormigas estuvieran recorriendo mi cuerpo entero de pies a cabeza, mi respiración comenzaba a ser irregular y lo peor del caso era que ni siquiera había puesto un pie dentro de...

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Los nervios se apoderaban de mí haciendo que sintiera como si pequeñas hormigas estuvieran recorriendo mi cuerpo entero de pies a cabeza, mi respiración comenzaba a ser irregular y lo peor del caso era que ni siquiera había puesto un pie dentro del departamento.

Junto un poco de valor y llevo mi dedo índice hasta el timbre que había junto a la puerta, pasaron unos cuantos minutos que para mí se sintieron como segundos mientras intentaba controlar los frenéticos latidos de mi corazón.

—¡Un segundo! —una masculina voz grita, un poco amortiguada gracias a la pared que nos separaba.

Mi estómago de revuelve al escucharlo y siento que en cualquier minuto iba a devolver todo lo que había ingerido en ese día, algo que sentía siempre que estaba bastante nerviosa y, oh, este hombre realmente ponía todas mis emociones de cabeza. Entonces, la puerta es abierta abruptamente revelando a un Justin sin camiseta y con un shorts azul marino marca Nike que colgaba de una sexy manera de sus caderas.

Mi respiración se estancó en mi garganta y me atraganto con mi propia saliva ante la vista de su pecho desnudo y de los sexys tatuajes que adornaban sus fuertes brazos y los otros que había en su pecho.

¡Maldito seas!

—Hola ahí, nena —una sonrisa coqueta se extiende por su rostro, y, como si fuera posible, respirar se hace mucho más difícil.

Sentí como mis mejillas comenzaban a calentarse y él soltó una carcajada ante eso mientras se hacía a un lado para dejarme pasar.

—Creí que nunca ibas a abrir —suelto con toda la normalidad que pude reunir en mi interior. Entro al lugar y siento los ojos de Justin quemando mi espalda, me quedo de pie junto al sillón de cuero que había en medio de la sala de estar y comienzo a quitarme mi suéter y botas, Justin aún me observa, siguiendo cada uno de mis movimientos con demasiada atención, haciéndome sentir calurosa y temblorosa.

Netflix and FriendzoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora