El chico rizado estaba jugando nervioso con sus manos, sentía inmensas ganas de salir corriendo y desaparecer en algún lugar. Mordía su labio inferior con fuerza, no sabía que eso le estaba provocando que sangrara. Su mejor amiga estaba sentada a su lado, intentando calmar los nervios del chico, lo animaba a unirse a los coros de la multitud. El nombre de el chico de ojos celestes era coreado con fuerza por todos los presentes, y eso que aún no comenzaba el partido.

Louis estaba también nervioso, aunque su felicidad opacaba eso. Sentía su estómago retorcerse mientras se preparaba para salir y hacer sus últimos calentamientos; aunque eso no era lo que más le importaba. ¡Conocería al chico! Había enviado a uno de sus amigos afuera solo para chequear si la chica de cabello negro estaba sentada entre la multitud; así era, ella estaba ubicada entre las gradas superiores y la mejor parte era que a su lado estaba un chico de cabello rizado, eso según el informante de Louis.

Ambos estaban ansiosos, ¿que ocurría si no lograban congeniar? Louis tenía la seguridad de que H lo conocía y sabía perfectamente como lucía pero Harry... Él era un completo desconocido para Louis, no sabía como era físicamente y mucho menos si le gustaba. Claramente había una desventaja.

El grito logró sacar a Harry de sus pensamientos, todos los presentes se habían puesto de pié y gritaban como si sus pulmones no necesitarán oxígeno. El gran escándalo era la señal que H necesitaba para saber que el chico de ojos celestes estaba en el campo. Sentía su pecho vibrar, su corazón latía sin control, sus nervios habían aumentado. ¡Deseaba huir!

Louis intento ver algo, específicamente a alguien, entre multitud pero no le era posible distinguir una mata de rizos y mucho menos una cabellera. Sonrió decepcionado y comenzó con el calentamiento.

Las personas comenzaron a sentarse y revelaron la identidad de Harry, el chico que se ubicaba sentado en la última fila, justo en el centro junto a una chica que intentaba retenerlo para que él no saliera corriendo lejos del lugar que seguramente vería nacer un nuevo romance. Al menos eso esperaba la chica.

El silbato sonó y el partido comenzó. La gente miraba cada jugada ejecutada entre los jugadores, incluso Harry lo hacía aunque su atención estaba sobre el chico de ojos celestes. Louis tenía toda su atención en el partido, o al menos eso le hacía creer a las personas. Su mirada viajaba unos segundos entre la multitud para intentar encontrar a  su chico pero no era suficiente, luego de la quinta vez de voltear e inspeccionar la última sección de la fila final lo logró; encontró esa mata de rizos.

Cartas Al Chico De Ojos Celestes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora