Todos los días te veía atraves de un libro.
Enserio me atraías mucho.
Como una abeja necesita de su miel.
Mi única amiga me dijo que no te hablara porque no me ibas a contestar, que no te mirara porque no me ibas a corresponder la mirada y que no te amara porque sufriría.
Pero mis ganas de conocerte eran más grande.
Amelia.