Capítulo 13

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La madre de Boran me abofeteo partiendo la comisura de la boca y lanzándome contra el suelo, me levante y me fui al cuarto de Boran molesta por la actitud agresiva de su madre.

BORAN
Poco después de medio día volví a casa para terminar de arreglar lo de la cena de compromiso con la tribu.

-Bienvenido señor Boran.
-Gracias Ayzel... ¿Mí padre está?
-No señor, salió con su tío.
-¿Y mí madre?
-Fue donde su tía... Pero la señorita Eren esta en su habitación, no ha salido y no deja de llorar.
-Gracias.

Fui corriendo hasta la habitación donde se encontraba Eren.

-¿Qué sucede?
-¡Nada!
-Mirame... ¿¡Quién te hizo eso!?
-...
-Eren no puedo protegerte si no me dices quien te hizo esto.
-¿No reconoces los golpes de tu madre?

-¡AYZEL... AYZEL!
-Dígame señor.
-Trae el botiquín.
-Sí señor.

-Hablaré con ella, no te volverá a tocar.

-¡AYZEL!

-Hablaré con ella ahora mismo.
-¡No Boran...!

-Madre.
-Hola hijo.
-¡No le vuelvas a poner una mano encima a Eren!
-¿¡De qué hablas hijo!?
-¡Golpeaste a la futura esposa del jefe de la tribu madre!
-No es más que una intrusa extranjera que se quedará con todo lo que no le pertenece.
-¡Es mí futura esposa y no quiero que la vuelvas a tocar y te lo digo como el futuro jefe de la tribu... No como tu hijo madre!
-Esta bien Boran, lo que tú digas.

Volví a la habitación con Violet, cuando entré no estaba así que fui al baño de la misma habitación a buscarla.

-Dejame ver.
-Estoy bien Boran.
-No te volverá a poner una mano encima... Ni ella ni nadie y quien se atreva a tocarte se las verá conmigo.
-¿Por qué me cuidas de está manera?
-Es mí deber cuidarte.
-Boran.
-Dime.
-¿Hande es tu novia?
-... No.
-Tú la quieres.
-No te confíes de que yo no soy como los demás hombres de la tribu, ya deja de preguntar cosa que no te incumben.
-Te equivocas Boran, ahora me incumbe ya que voy a ser tu esposa.
-...

La ayude a limpiar el golpe de su rostro... Tenía una mirada dulce, noble, pero también triste.

-Mí mamá... La señora Williams dice que la mirada es la puerta del alma.
-Y tiene razón.
-¿Tú crees?
-Sí.
-¿Y tú qué ves en mi alma?
-¿Quieres saber?
-Sí.
-Que eres una persona noble, eras feliz, rebelde...
-Boran... No te prometo ser la esposa sumisa que al parecer tu madre quiere, no me educaron para ser ese tipo de mujer.
-No te voy a obligar a que lo seas, sólo respetanos, obedece lo que digo frente a los demás y todo estará bien.
-Lo intentaré.

VIOLET
-Voy a terminar unos asuntos en mi despacho.
-Boran.
-Dime.
-Quiero salir de la casa un rato.
-Por ahora no Violet, deja que pase la boda y nos iremos de luna de miel a donde quieras.
-No es un juego, esto será para siempre.

Boran tenía razón y yo no lo había pensado de esa manera, no había nada más que hacer. Por lo menos podía salir a caminar en la enorme casa y por los bellos jardines.

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