Sin rostro

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                                                                         Capítulo 2

                                                                         Sin rostro

 

Abrí los ojos poco a poco, me pesaban mucho, examinando donde me encontraba.

Estaba en un pequeño callejón a dos cuadras de mi casa, me levante con un terrible dolor en el abdomen y ni hablar del dolor infernal que tengo en la cabeza, me la toque y sentí pegajoso—genial ahora necesitare puntos—dije.

Llegue a mi casa caminando con dificultad y con la misma sensación de ser vigilada. Desde que me mude a esta casa hace ya un año esta sensación no ha desaparecido. Al principio me incomodaba, nunca me ha gustado ser observada, me gusta pasar desapercibida, pero con el tiempo al no saber de dónde provenía la sensación fui acostumbrandome y deje de darle importancia.

Llegue lista para un baño, después solo me vestí con una piyama rojo carmesí y me tire a la cama; gire mi rostro hacia donde estaba la ventana; aun eran la 8 de la mañana así que la dejaría abierta; dormí a pesar de que sabía que tendría sueños no muy gratos.


*SUEÑO*

Esta vez me encontraba en mi parque favorito, estaba como siempre pero había algo diferente. Había lo que parecía un hombre demasiado alto casi del doble de mi estatura, su piel era tan blanca como el papel, no tenía cara ¡enserio no había nada! Cabello, orejas, ojos, nariz o boca no estaban. Tenía brazos y piernas muy largos. Vestía un elegante y hermoso traje negro como la noche en conjunto con una corbata rojo sangre.

Me acerque poco a poco a él hasta quedar a solo unos pasos, sentía un revoltijo en el estómago, una sensación agradable y eso me confundía. Al ser más grande que yo se agacho hasta quedar ¿cara a cara?, bueno lo que fuera

—¿quién eres—pregunte algo confusa y algo raro ya que no tenía boca me contesto

—El que te observa—dijo saliéndole de su espalda tentáculos negros que tomaron cada extremidad mía.

Me levanto del suelo y yo seguía sin sentir temor, pensé que la primera reacción sería la de gritar y correr como loca al ver un monstruo... pero no lo hice y deje que poco a poco me matara desmembrando cada parte de mí.

De mis piernas y brazos salían disparados chorros de sangre, no sentía dolor alguno ni siquiera la más leve punzada. Me dejo caer como una muñeca de trapo diciéndome:

—No te dejare sola.—

*Fin del sueño*

Me desperté sin ningún dolor ¿Qué había pasado? Toque mi cabeza y ni rastro de la herida, absolutamente nada. —!!!¿Pero qué demonios?!!! —dije.

Me levante de la cama y mire una cosa que no estaba antes en mi cama había una bonita rosa blanca—¿Cómo habrá llegado hasta aquí? —me pregunte tomándola entre mis manos y dejándola en un florero junto a mi cama. Me puse a preparar mí comida cuando sonó mi celular:

—Bueno ¿quién habla? — dije esperando.

—Buenas tardes Susana ¿Por qué no fuiste al trabajo? —dijeron al otro lado de la línea.

Mierda, lo olvide, me van a despedir era la tercera vez que faltaba sin avisar.

—Y bien sigo esperando respuestas—dijo mi jefe; él es muy joven, para ser precisos es solo más grande que yo por 3 años y ya tiene su propio restaurante de Sushi. Suspire—ayer cuando iba de regreso a mi casa unos tipos me atacaron—resople eran una vergüenza no haberles dado una paliza como las solía dar.

Pesadilla (Slenderman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora