Carnaval

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  • Dedicado a Diana Teresa Hernandez
                                    

Capítulo 4

Carnaval


Todavía me quedaba un día de descanso así que iría al carnaval que se acaba de instalar en la ciudad. Hace años que no voy a ninguno desde que Jack me abandono. Tenía que esperar  la noche y aún era mediodía. 

Limpie el desastre del sótano, el ático, comedor, en fin toda la casa por dentro todo en una hora.

—En días como estos agradezco tener estos dones—dije. Apenas y había sudado—bien, empezare con todo el jardín, que vaya que si ocupa una limpia rápida—dije saliendo con muchos materiales de jardinería. 

Allá afuera no podía mostrar mis habilidades. Nadie debe de saber de ellos. Soy muy cuidadosa y tarde el tiempo estimado usual en un humano corriente.

—Esto si es cansado—mire la hora— ¡pero que carajos! —grite. Había tardado 4 míseras horas, bueno no era para menos el patio es enorme.

Me decidí a comer algo y termine viendo la televisión  hasta las 8 de la noche. Fui a mí a habitación  y me vestí rápidamente con una falda corta negra y mallas negras con rayas blancas. Una blusa gris oscuro y con unas botas negras. Me delinee los ojos de negro y un labial rojo para los labios.

Salí con mucho dinero, no  me iba a quedar viendo las atracciones, pienso subirme a todas ellas sí o sí.  Y también comeré todo el azúcar que pueda hasta vomitarlo. De solo pensar en un algodón de azúcar se me cae la baba y que decir de las manzanas acarameladas.

En todo el camino no sentí esa extraña sensación de vigilancia  y eso era un enorme alivio. Llegue a la entrada y de la emoción grite sin quererlo:

— ¡Si cabrones, ya llego por quien lloraban! —rápidamente me tape la boca al darme cuenta de lo que dije y salí corriendo con la cara roja y toda la gente mirándome como diciendo ¿y está loca de dónde salió?

Me subí a todos los juegos. Desde los carruseles  hasta los carritos chocones y por supuesto que comí mis amados algodones de azúcar y mis manzanas favoritas. Lo más divertido fue que mi cara se puso verde y vomite en los zapatos de toda una familia, la cara que pusieron fue épica (por supuesto que tuve que pedir disculpas). 

Descanse en un banco alejado de todos los gritos, había dejado lo mejor al final, la rueda de la fortuna. Jack una vez me dijo que si miraba desde arriba montada en la rueda el aparecería en cualquier lugar del carnaval. El mismo día que se marchó lo busque usado ese método muchas veces sin éxito alguno. Ya me había rendido, el ahora forma parte de mi pasado y no valdría la pena buscarlo.

Suena ridículo que a pesar de los años, sigo esperándolo pero no para abrazarlo si no para partirle el cuello. 

Subí a mi última atracción del día, la vista era maravillosa. Todas las luces de colores del carnaval  y las luces de la ciudad que la adornaban por ser vísperas de navidad. En un momento dado mi visión se posiciono en el borde del bosque.

—No puede ser—dije incrédula a lo que veía. Allí estaba el mismo ser alto y blanco de mis sueños. Se encontraba al borde del carnaval y el bosque, me sentí extraña y lo que era su cabeza parecía mirar hacia donde yo estoy.  Me ruborice ¡me ruborice! Que carajos ¡Oh por dios!¡Estoy loca! Si eso estoy loca eso lo explica. Me escondí en la cabina  y asome la cara para volverlo a verlo y por un segundo vi a..

— ¿Jack? —Me pregunte incrédula— ¿pero qué diablos hace? —. Jack estaba frente al ser, estaba asustada. No es que Jack sea un debilucho pero no sabía a lo que se podía enfrentar. Fueron los 5 minutos más estresantes que he sentido, tuve que esperar a que terminara de girar la rueda de la fortuna y salir corriendo como loca hacia ese lugar.

Un frio amargo y brutal hirió mi corazón, la frustración y la tristeza me embargaron cuando no encontré nada en aquel sitio. Un grito desgarrador salió de lo más profundo de mí ser. Mis lágrimas brillaban por la multitud de luces a mí alrededor y mis sollozos eran cubiertos por los sonidos del carnaval.

Todo el tiempo mantuve los ojos cerrados y no me di cuenta que había alguien parado frente a mí. Su mano se posó en mi hombre, temblé cunado otra mano larga y fría  limpio mis lágrimas. No quería abrir los ojos y encontrarme con una ilusión.

—Abre tus ojos— me dijo una voz muy familiar. Reconocí la voz, por supuesto era la que me hablaba en todo momento en mis sueños. Abrí mis ojos despacio y la persona que estaba parada frente a mí era aquel con el que soñé.

Mi cuerpo reacciono solo y me abrase a él llorando. Me sentía sola pero al abrazarlo  sentí una calidez como nunca la había experimentado. Me avergoncé y lo solté lentamente, retrocedí un poco para míralo.

—Lo siento— dije cabizbaja. El tomo mi mentón con sus manos haciéndome mirarlo.

—Porque lloras—me dijo. Algo en su voz me advirtió que estaba preocupado. —Bah ideas mías ya estoy delirando—pensé, él no tiene boca como podría llamarme. Dude un poco en contestarle, no lo conocía y lo más importante ¡no era humano!, bueno no era que yo sea precisamente un humano pero mírenlo no tiene cara. Decidí confiar en él ya que a su lado me sentía protegida un sentimiento que solo Jack logro hacerme sentir.

—Estoy buscando a mi... amigo—dije en un sollozo—hace mucho tiempo que no le veo—dije rompiendo a llorar.

P.O.V SLENDERMAN

Nunca e consolado a nadie. Lo único que se me ocurrió fue abrazarla. Al ser muy alto tuve que cambiar mi estatura a una más cómoda para ella; fue extraño abrazarla, estoy alegre pero a la vez celoso ¿Quién será su amigo?

Me tome un momento para sentirla bajo mis brazos. Era cálida y muy suave. Su olor me gustaba, una vainilla dulce que me embriaga. Saque un pañuelo de mi traje y limpie sus mejillas. — ¿Cómo te llamas pequeña? —pregunte.

Nunca supe su nombre, aunque estuve vigilándola no oí mencionar a nadie su nombre. Ella dudo un poco pero me dijo:

—Susana—hizo una pausa —Susana Ainsworth un placer—dijo separando se de mí y tendiéndome su mano. Le devolví el saludo presentándome yo también:

—Me llaman Slenderman—le dije.

Susana abrió un poco la boca, creo que quiere decirme algo.

—Sabes, yo ya te había visto pero no sabía tu nombre—dijo soltando una pequeña risa.

— ¿Qué? —pregunte incrédulo dejando que mi voz me delatase.

—Sí. Pero solo te eh visto en mis sueños—dijo nerviosa.

—Ah si—dije curioso—y que hacía en tus sueños—pregunte.

—Mmm... no se si te gustara saberlo—menciono con disgusto.

—Adelante sorprende a este ser—dije desafiándola. Pero creo que ella no lo tomo como tal.

—Estaba en mi parque de juegos favorito abandonado—dijo. Creo a cual se refiere—tu te encontrabas en el borde del bosque y me acerque a ti, te pregunte quien eras y tu me respondiste con voz distante "el que te observa" —suspiro—después te salieron tentáculos negros de la espalda y con ellos...me descuartizaste—termino de contar.

Se me helo la sangre. Iba a decirle que jamás la dañaría, pero alguien llamándome me alerto. Cambie a mi tamaño real y escondí a Susana en un arbusto lejano.

Mire en dirección de dónde provenía la voz:

Era Laughing Jack.

 ****hize lo que pude para escaparme otra vez trayendoles otro capitulo se que soy mala pero recuerden que lo escribo mientras lo imagino asi sin correciones**

Pesadilla (Slenderman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora