Cartas

3.8K 245 8
                                    

Capítulo 8

P.O.V  Slenderman

Tenía previsto visitar a Susana después del incidente con Jack pero un ataque sorpresa de Zalgo cambio mis planes. Dejo malheridos a todos.

Por su seguridad no debo de acercarme a ella. Necesito  ingeniármelas para estar comunicado con ella pero como...

P.O.V Susana

Pasaron dos semanas desde que Samuel vive ahora conmigo. Tuve un poco de dificultades a la hora de llevarlo a dormir. El pobre no acostumbraba dormir solo.

Ni Slender ni Jack  han hecho presencia en esta casa y eso está bien por la seguridad de Samuel.

Algo curioso paso al día siguiente de llegar a la casa. 

Recibí  una carta. En ella contenía una declaración de amor para mi, firmada por un tal Mark. De esa carta le siguieron varias, una cada día. No les tome importancia pero con el pasar de los días  estas cartitas no hacían más que hacerme suspirar o sonrojar.

Decidí a la semana, antes de dormirme, dejar una carta en la que trataría de comunicarme con él. Quería saber quién era.

Era una tonta si pensaba que recibiría una respuesta, pero sorprendentemente me respondió.

Me comento que me conoció un día en el que pasaba por mi casa y quedo interesado de mí al poco tiempo. 

Desde ese día intercambiábamos cartas comentando nuestros gustos y hasta recetas de cocina ¿raro no? Supe que le gustaba tomar paseos en el bosque, lo cual me pareció raro ya que vive Slenderman allí. Tiene un buen gusto por la música clásica y por  los libros en especial los de autores como Shakespeare o más modernos como José Saramago, cosa curiosa porque a mí también me gustan. Me conquistaba de a poco con sus románticas poesías.

—Ese hombre sabe cómo hacerme sonrojar— reí tontamente.

Hoy no recibí carta alguna por lo que me entristecí — Tal vez tuvo un problema—pensé.

Mientras  terminaba de preparar la comida, deje a Samuel en el patio trasero con sus nuevos juguetes.

Al cabo de un rato no escuche el bullicio que regularmente hace al jugar, lo busque en el patio, por todos lados sin encontrarlo.

—Samuel, donde estas cariño—dije sin obtener respuestas.

Fije mi vista en algo que había pasado por alto. La puerta trasera estaba abierta.

—No puede ser— Palidecí con solo pensar  que estaría vagando solo por el bosque.

 Desesperada con mi velocidad peine la mayoría del bosque.

—Como le pase algo no me lo perdonare jamás— pensé.

Pase por un enorme lago de aguas cristalinas por donde escondido por algunas ramas se encontraba un camino. Mi instinto me dijo que lo siguiera.

No llevaba ni un tramo cuando lo oí llorar lastimosamente. Avance más rápido solo para encontrar al mismo sujeto que me apuñalo en el carnaval alzando su cuchillo contra Samuel.

—¡No! —Grite desviando su atención—tócale un pelo y te mato— dije al señale.

Me miro sorprendido, pero había algo más. Locura enferma, oscura y fría como el hielo y apenas un atisbo de dolor y tristeza.

—No creo poder razonar con el—pensé.

Reía como el loco que es y sin piedad lanzo el cuchillo sobre mi niño. Sin pensármelo hice de barrera recibiendo el filo sobre mi espalda. Grite de dolor. Me gire en un movimiento brusco soltándole tal puñetazo que lo mande literalmente volando a una mansión oscura y lúgubre que no había visto antes.

Pesadilla (Slenderman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora