Mystic Messenger 《Mini-shots》

Saeran x MC male

—¡Ahhh! ¡No entiendo esto!—Exclamó el chico de cabellos castaños, llevándose ambas manos a los costados de la cabeza, revolvía su peinado con brusquedad, frustrado a morir y con grandes motivos.

Ése muchacho de nombre Saeran lo ha tenido pegado a un libro de informática desde hace más de 3 horas, MC nunca fue bueno con los ordenadores, se puede decir con certeza que el único programa que sabe utilizar es el Paint. ¿Por qué aceptó éste trabajo en primer lugar? ... Ah, cierto, Saeran lo tiene secuestrado.

—¿Y así pretendes que luchemos con el cabeza de tomate? ¡Te he explicado la misma fórmula más de 5 veces! ¿cómo es que no te la puedes memorizar?... Ughh...Quizá debí tomar a una chica de rehén—Murmuró muy bajito.

Los orbes acaramelados de MC se fijaron en su captor, ¿ofendido? quizás, le demostraría a ese idiota que él no vale menos, juntos lucharían contra ese terrible "Cabeza de tomate" y ganarían la batalla, sería reconocido, elogiado e incluso admirado por su secuestrador.
Soñaba despierto mientras apoyaba el mentón sobre el dorso de la mano, lo cierto es que Saeran tenía unos ojos muy bonitos, de un menta hipnótico capaces de hechizar a cualquier persona que le mirase con detenimiento.  

  —Solo tienes que sumar estos dos factores y juntar el resultado con éste otr-...—Guardó silencio, observando con extrañeza al contrario—¿Estás prestando atención?— 

— ¿Qué? ...  —

— ¿Cómo que "Qué"? Te estoy preguntando si me estás escuchando  —El de ojos mentados fruncía el ceño, ligeramente molesto.

—¡A-Ah! S-si, si...—MC soltaba risitas nerviosas. Ya está, lo iban a matar ahí mismo por ser un despistado, ¡pero es culpa de ese estúpido por ser tan guapo!— Esto...¿Que factores?

—¿Es en serio? ... —Cuestionó totalmente incrédulo— ¿Que te tiene tan distraído que no puedes aprender una simple fórmula?—     

—Es que me gustan tus ojos...—

— ¡¿E-Eh?! —

— ¡QUE ME GUSTA EL DOJO!,¡SORDO!—

Saeran estaba seguro de que había escuchado un piropo. El sonrojo en sus mejillas fue inminente, no tuvo más remedio que cerrar el libro con violencia.

 —¡T-Tsk! C-Contigo no se puede, ve y tómate un descanso.—

 —¡¿En serio?! Genial, gracias jefecito.~— Canturreaba el castaño mientras abandonaba el asiento. El rubor permanecía latente en su rostro, tal parece que acaba de encontrar un método para burlar las clases de informática, mejor aún, si con lanzar piropos puede ver esa carita apenada nuevamente... Se iba a divertir mucho de ahora en adelante.