Mystic Messenger 《Mini-shots》

Saeran X MC

¿Qué mejor merienda para un día caluroso que un cremoso helado de menta?

Saeran los amaba, MC lo sabia y por ello compró una gran cantidad. Bastaba con servir un poco en una taza para que su amado de puntas rosáceas fuera el chico más feliz del mundo.

Cerró la puerta tras de sí, llamando la atención de Taffy, la gata que habían adoptado hace un año. La minina recibía a la castaña con maullidos contentos, tallándose contra sus piernas, regalando ronroneos continuos.

-¡Hola Taffy!, yo también te extrañé, ¿en dónde está papi? -Cuestionó en tono dulce, mientras dejaba las zapatillas contra la pared.

Como si pudiera comprenderlo, la gata alzó la cola felpuda emprendiendo una caminata rápida hacia la sala. MC le seguía de cerca sosteniendo en ambas manos las bolsas con los helados que a su novio tanto fascinaba.

Al escudriñar desde la puerta, observó a Saeran sentado en el sofá, respiraba plácidamente, sumergido en la cúspide de un sueño gentil. Sin poder evitarlo se acercó, sentándose a su lado con sumo cuidado de no despertarle.

La gata atigrada ronroneaba levemente, recostándose en la alfombra celeste que tapizaba el suelo. Si pudiera hablar exclamaría las cosas que ese chico susurraba en sueños, aquel que tenia el rol de su padre, no paraba de expresar cuanto quería a MC, pero antes de que pudiera maullar para contarlo, sus orejitas se alzaron prestando atención.

-Te amo... -Susurraba entre suspiros, abrazando uno de los cojines del sofá- MC... Te amo...

La castaña sonrió con amplitud permitiendo los colores adueñarse de sus mejillas pálidas, ¿que estaría soñando para expresar su amor así?

Tras una risita baja, el foco se encendió sobre su cabeza en una linda ocurrencia, una respuesta a sus confesiones, un beso suave sobre su mejilla.

-Yo también te amo mi amor-susurraba, enternecida, depositando caricias suaves en los brazos del su amado- Te amo mucho.

Lentamente Saeran abría sus ojos, el rubor se presenciaba en sus mejillas y cuando finalmente sus miradas se encontraron, el le dedicó una sonrisa melaza, mucho más dulce de lo habitual.

-Yo te amo mucho más, mi ángel.