Capítulo 2

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Escucho gritos de emoción, veo gente sonreír por haber ganado sus apuestas, otras enojadas por perderlas.

La carrera había concluido. El chico del gran auto ganó, aunque ya me lo esperaba, a decir verdad. Estuve al pendiente en cada segundo y me di cuenta de que realmente era bueno, doblaba las curvas con total precisión, arrebazaba el resto de autos como si nada, como si fuera lo más sencillo. Me impresionó.

Mis amigos sonreían a medias, sonrisas fingidas, pero decido no preguntar.
Más abajo en las gradas veo un grupo de personas que se veían bastante inconformes. No les tomo tanta importancia, quizá no habían apostado por él y perdieron sus apuestas.

Me dedico a observar a los participantes de la carrera, y veo como un chico sale del BMW, y ¡wow! si que es alto. Más aplausos se escucharon.

- ¿Él es de quien me hablabas? - le pregunto en un susurro a Adam.

-Así es. Es bueno, ¿no?

- Claro que lo es - le aseguro.

Volví a mirar al chico, quien estaba al lado del presentador, y este le daba el dinero de las apuestas por haber ganado. Luego intenta levantar su brazo como cuando un boxeador gana y anuncia su nombre: Bill. Pero solo intenta, ya que el chico es demasiado alto.

- Es bueno - le digo a las chicas.

-Si, pero no tanto como tú - responde K. 

- A todas aquellas personas, las de más abajo, no les agrada Bill. No lo consideran lo suficientemente bueno para el "puesto" que el resto le dió - me dice Victoria y Karla asiente.

- ¿Qué? ¿De qué "puesto" hablan? - pregunto confundida.

-Creo que hay que decirle a que se refieren - interviene Adam.

-Bien - dice Victoria - Explicale tú.

- Mira ____, desde que te fuiste las cosas cambiaron, como es obvio - comienza a explicar Adam.

- Tú solías ser la mejor en las carreras y eso todos lo saben, te admiraban - continúa K - Pero te fuiste.

- Seguro recuerdas el distrito que está cerca de aquí. - dice Victoria acercándose, yo asiento. - Hubieron complicaciones, ya sabes, siempre nos enfrentábamos y tú sabías resolverlo todo.

- Pero cuando ellos se enteraron que te fuiste de aquí, aprovecharon y vinieron a atacarnos, casi destruyen lo poco que queda de Los Suburbios. Todo West Point fue un caos - volvió a hablar Karla.

Yo solo seguía asintiendo, aún no entendía el punto de todo esto. De reojo vi como el resto de personas bajaban las gradas y de un parlante comenzó a sonar música como siempre luego de todas las carreras.

- Y... - iba a continuar hablando Adam pero lo interrumpí.

-Chicos, vayan al punto, ¿ok?

- ¡Solo escucha! - me cortaron los tres.

- Bien, bien. - digo con las manos en alto. - Continúen.

- Como te decía - dice Adam - La gente se desesperó, fue ahí cuando apareció Bill.

- Esperen, ¿Bill? ¿el chico que ganó? - les pregunto aún más confundida.

- Ese mismo - me responde Vic.

- Él apostó con Iker, el del otro bando, la apuesta era una carrera como era de esperarse.

- Fue ahí cuando Bill lo venció y se ganó el puesto que tiene - dice Vic mirándome fijamente.

Me quedé pensando.

- A ver si entendí... los desgraciados de Port Moresby desafiaron a los de aquí. El chico este, Bill, defendió el distrito y ¿lo consideraron una especie de salvador? ¿Qué es? ¿Jesús?- pregunté sarcástica.

- De hecho, si - dice K asintiendo.

- Así que a ese puesto se refieren. - asiento, viéndolos a los tres - Técnicamente ocupó mí lugar.

- Eh, si. - dice Adam.

En ese momento el presentador nos grita desde abajo, me doy cuenta que somos los únicos que quedamos en las gradas. Bajamos y mientras lo hacemos Vicky me dice:

-No todos están de acuerdo con que Bill mande por estos lados - el resto asiente.

Una vez abajo, el presentador me mira, por lo visto se le hago familiar, ¡y cómo no! era como un padre para mí, siempre hablaba con el, de todo.
Estábamos por irnos pero él me detiene.

- ¡Hey tu! ¡Niña rosa! - medio grita.

Los 4 nos detenemos y yo me doy vuelta mientras Hank, el presentador, se acerca.

- Te conozco, sé que si, dime de dónde.

Miro a los chicos y me acerco más a él.

- Hola Hank - digo simplemente, con una sonrisa.

Él tarda un poco en reaccionar pero cuando lo hace me abraza fuertemente.

- ¡____! ¿Cómo estás pequeña demonio? - cuestiona sonriéndome como siempre lo hacía.

- Muy bien Hank, ha pasado mucho ¿eh?

- ¡Muchísimo! Te extrañamos por aquí.

- Créeme, yo también los he hechado de menos.

- Dime que vendras mas seguido, me gustaría charlar contigo, ¡hay muchas cosas que contarnos!

- ¡Claro! No te preocupes, volveré - digo abrazándolo de nuevo.

- De acuerdo, los dejo chicos, debo hacer unas cosas.

Todos le sonreímos y nos despedimos, luego él se va.

Comenzamos a caminar hacia el resto de la gente, escucho la musica muy fuerte, veo vasos con cerveza y otras cosas por todos lados. Adam saca un cigarro y le da uno a Karla, Victoria vuelve a agarrar un vaso con cerveza que ofrecían por ahí.
Ellos me miran y me ofrecen pero me niego. Aunque me he tentado.
Hablamos un poco y cuando observo mí reloj me doy cuenta que son las 02:31 de la madrugada, debería regresar. Le pregunto a Victoria si puede llevarme a casa e inmediatamente los tres me miran, casi pidiéndome que me quede un poco más.

- Vamos ____, solo unos minutos más. - insiste Karla.

- Si, no te vemos desde hace mucho  - le sigue Adam.

- Chicos, nos veremos luego, lo prometo. Pero debo volver, el lunes tengo un exámen y no he estudiado.

-Oh ____, ¿un exámen? ¿es en serio? - pregunta Adam.

- Si, lo siento.

Acomodo bien mi chaqueta y empiezo a caminar hacia donde están los autos, pero siento los pasos de ellos detrás mío. Noto que un par de personas me miran, no sé si es por la ropa o porque me reconocen. Espero que sea por lo primero.
Pido permiso entre la gente amontonada, unos beben otros se drogan, no me sorprende.

Volteo hacia atrás por las miradas que siento y cuando vuelvo a ver el frente me encuentro con el "salvador", "Jesús" o como sea. Él no me nota hasta que uno de sus acompañantes me señala. Me pongo nerviosa pero no lo demuestro y sigo caminando, paso por su lado pero escucho algo que me hace detener.

- Vaya, miren lo que la curiosidad trae por aquí, a toda una princesita. - dice con una voz intimidante y llena de burla.

Mierda.

Return (Bill Skarsgård)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora