Parte 1

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Incluso si cierro los ojos
En mis oídos puedo oírte
Cuando pienso en ti
Incluso sin tocarte
En otros espacios
puedo sentirte

En tus sueños todos los días
Estamos conectados
Mirando el mismo lugar

Sin ruidos para mí
Me apego a ti
Estoy siendo arrastrado

¿Puedo verte de nuevo?
Al final de un largo viaje
El querer estar juntos
Nosotros en el mismo tiempo
bajo otro espacio
con el destino cruzado

cuando mi Luna emerge
Tu Sol se ha levantado
Bajo el mismo cielo
Nuestras mentes conectadas
Se desplazan por el tiempo
Bajo el mismo cielo
Tú y yo

Nuestros propios secretos

Tú y yo, tú y yo, tú y yo
Como si fuéramos uno solo.

NCT 127 - Sun & Moon


Abrir los ojos.

Las historias siempre comienzan con abrir los ojos, ya sea al despertar o darse cuenta de algo.

Lo que me ocurrió a mí, fueron ambas.

Abrí los ojos, un techo familiar, pósters tapizando las paredes de una habitación común en la que había estado casi toda mi vida.

Pero no era mía.

Podía recordar perfectamente que había caído dormido sobre la hamaca de mi jardín, no aquí.

Tosí un poco, mi garganta se sentía lo que seguía de seca y busqué agua de forma desesperada cuando esa pequeña tos se convirtió en una severa y prolongada.

Anoche no estaba enfermo.

Tal vez fue el frío de la intemperie.

¿Pero qué diablos hacia aquí?

¿Cómo llegué?

Una jarra de agua junto a un montón de cajas de antigripales y pañuelos sucios.

Kyungsoo siempre era así de desordenado cada que enfermaba, porque no era capaz de levantar siquiera un dedo por el cansancio.

Mi cuerpo se sentía caliente, extraño, tomé el vaso medio vacío y bebí de él.

El agua estaba fría.

Mis dedos se sentían... suaves, eso era realmente raro, miré mi mano por unos minutos en silencio, conteniendo los ataques de tos. Cuando la puerta de la habitación se abrió y en vez de ver a Kyungsoo, su hermano apareció ante mí.

—Soo-yah —se sentó a mi lado y colocó el dorso de su mano sobre mi frente —aun tienes fiebre, le diré a mamá que te haga una sopa.

¿Soo?

—hyung… —mi voz tembló y entonces me di cuenta de que esa no era MI VOZ.

—¿Sí?

—No-na-da. —logré decir en medio de mi shock.

No sé de qué manera, pero logré recobrar las fuerzas suficientes para levantarme de la cama.

Y lo primero que hice fue ir al espejo.

¿Qué demonios? —contuve un grito al mirarme.

Conduje las manos temblorosas hasta mi rostro y sentí la suavidad de mi piel.

Recorrí con los dedos el perímetro de mis labios y se sintió realmente bien.

Acerqué mi rostro hasta el espejo y me mantuve haciendo expresiones, tocando cada centímetro de él y luego, luego hice algo imperdonable.

When You Love SomeoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora