01.

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No es que no quisiera admitirlo, en lo absoluto, es sólo que, tenía demasiado claro sus nulas oportunidades de conquista, por el simple hecho de que él llevaba cuatro años casado y siempre había mantenido el mismo brillo de hombre enamorado.

Lástima que Taehyung no pensase igual que su amigo, y luego de despedirse de el deprimido pelinegro que ahora se dejaba caer con depresión en uno de los asientos del autobús. Suspiró, alborotó su cabello con su mano derecha para tener algo más de suerte -un viejo truco que le daba más seguridad-, tronó sus dedos y avanzó con sensualidad hacia aquel hombre esbelto, de piel morena y cabello en un tono miel.

-Hola, Joonie hyung -saludó con voz dulce, meneando el cuerpo al seguir caminando; mordió su labio inferior al finalmente detenerse frente al mayor, que le sonreía con tranquilidad.

-Taehyung, ¿qué haces por aquí? -oh no, realmente no había sido coincidencia. Taehyung realmente conocía esa calle de memoria, tantas veces acechando al mejor amigo de su hermano mayor no serían en vano después de lo estaba por conseguir.

-Pues... mi amigo y yo salimos a comer y terminamos aquí, es una verdadera coincidencia encontrarlo, hyung -sonrió animosamente, con falsa inocencia.

-Mmh... no sabía que a Jungshin le gustasen los mariscos -comentó curioso, observando el local en el que, supuso, habían estado los menores.

-Ah, sí -mentira, Jungshin odiaba los mariscos con su vida, no por su sabor, sino porque una vez casi muere producto de estos.

-Bueno, le mandas saludos a Minwoon -sonrió, marcando sus distintivos y adorables hoyuelos-, debo ir a casa para cuidar a Hanmin -agregó apuntando con su dedo pulgar hacia el lado en donde su casa se encontraba, Taehyung jugó con sus manos y se acercó otro poco al mayor.

-¿Puedo acompañarlo, hyung? Adoro jugar con Hanmin... -hizo un puchero y Namjoon soltó una carcajada encantadora a criterio de Taehyung.

-Está bien, seguro ella te invita a tomar té con sus amigos Peludín y Lady Fresita -rieron y comenzaron a caminar, Taehyung pegándose cada tanto al brazo del mayor, sin ninguna queja por parte de éste.

La casa de Namjoon quedaba a sólo dos cuadras de los locales comerciales a los que, por pura coincidencia, Taehyung había decidido llevar a su mejor amigo. Claro que, luego de un tiempo, decidió que había sido una pésima idea, porque Jungshin había quedado embobado con Namjoon apenas lo vio.

-Joonie hyung, ¿podría usar una de sus playeras? Es que no quiero manchar mi uniforme, ya sabe como son Minwoon hyung y mamá -se mecía de un lado a otro, logrando verse como un niño pequeño.

-Por supuesto, ya sabes donde queda mi habitación -Taehyung asintió y corrió a la habitación ajena.
Al entrar se dedicó a aspirar aquel ahora de hombre que le volvía loco, sonrió convencido de que Namjoon no podría negarse a sus encantos y caminó hacia el armario mientras tarareaba una canción, buscando con su mirada la prenda adecuada.

Terminó por ponerse una playera dos tallas más grande que le cubría hasta la mitad de los muslos, además de dejar a la vista un poco de su hombro izquierdo. Tentador, pensó con satisfacción.

Claro que todo hubiese sido mil veces mejor si pudiese quitarse el pantalón escolar para mostrar sus perfectas piernas con leve bronceado, pero sólo era un detalle, pues, en su opinión, sus piernas se veían bien con y sin prendas de por medio. Salió de la habitación sin tiempo de lucirse frente al mayor, pues una pequeña de tres años se le había lanzado a los brazos.

-¡Tío Tae! -gritó mientras restregaba su pequeño rostro en las mejillas de Taehyung como si fuese un gato.

-Hola, Minmin -rió tiernamente y luego de un par de risitas más por parte de la menor, la depositó en el suelo con cuidado y la vio correr hacia los brazos de su padre.

Mayores [MinV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora