Mayores [MinV]

07.

En el Capítulo anterior...

"Kim Taehyung es un estudiante de secundaria que tiene un capricho con el mejor amigo de su hermano mayor, casado hace cuatro años y padre de una pequeña niña.
Su capricho, que está a punto de ser cumplido en la cocina de aquella casa ajena, tratando de hacer silencio por el sueño de la pequeña niña a sólo un par de pasos y una puerta de distancia, se ve interrumpido por la llegada de un chico de apariencia infantil".

-¿Cuántos años dices que tienes? -preguntó acariciando su pecho ahora, sin quitarle la vista a sus profundos orbes oscuros, ¿cuántos secretos podía guardar ese hombre?

-Veintiocho -murmuró antes de atacar sus labios, Taehyung jamás se dejaba besar tanto, a menos que se tratase de Namjoon. Pero el primo del moreno era lo más cercado que tendría por el momento.

El beso se dio por terminado luego de un empujón por parte de Taehyung. Su mirada era seria y penetrante, como si no estuviese sintiendo el cuerpo arder en llamas desde su estómago, como si el deseo no estuviese batallando por salir a la luz. Todas esas sensaciones lo comenzaban a molestar, y no terminaba de saciarse tampoco, por eso, lo que debía hacer era salir lo más pronto posible de aquel lugar. El problema era que su ropa, tirada en el suelo, seguía empapada, y el sonido de la lluvia chocando contra el tejado y las paredes le rechinaba en los oídos; otro problema era el sonido de un motor de vehículo, que se detuvo y entonces puertas y llaves hicieron ruido también, todo en cámara lenta desde la percepción de su cerebro, mientras el pelirosa se acomodaba la camisa dentro del pantalón con una calma que lo sacaba de quicio. Dio un salto para quedar de pie dándole aun la espalda al espejo, gruñó ante el guiño que le ofreció su aún tibio amante y luego lo vio perderse entre la puerta y el marco de esta antes de ser cerrada por su misma pesadilla. Suspiró pesado y recogió sus prendas, entró a la ducha sin emitir palabra alguna para obtener aprobación y quitó los restos de sexo y lluvia que quedaban en su cuerpo; se cubrió con la toalla amarilla, arrugada y medio mojada aún, suspiró otro poco, caminó hasta la puerta y antes de siquiera apoyar su mano en el pomo de esta, oyó como Jimin le explicaba a la pareja recién llegada sobre su presencia.

Rodó los ojos. Era un gesto muy propio y que, a pesar de no servir para absolutamente nada, lo ayudaba a evadir pensamientos molestos. Ajustó otro poco la toalla a su torso y finalmente abrió la puerta, provocando así un chirrido irritante que todos percibieron, pues voltearon cual exorcista a verlo con detenimiento.

-¿Así que una pijamada, eh? -consultó Hannah a modo de saludo, Taehyung neutralizó otro poco su expresión cuando sintió sus cejas comenzar a torcerse hacia abajo. Desvió momentáneamente su mirada a Jimin, luego, hacia Namjoon. Decidió asentir.

-Sí -afirmó luego con su grave voz.

-Entonces... si me permiten, llevaré a Taehyunggie a mi habitación por algo de ropa -intervino el hombre rosado, ese que le había hecho gemir su nombre hasta dejarlo sin aliento, aunque ya no cobrara demasiada importancia teniendo al protagonista de sus más oscuros deseos frente a él, junto a su mujer y con su pequeña hija entre sus brazos. Namjoon definitivamente iba a matarlo un día, claro, si Taehyung no atacaba primero.

Pronto  sus pensamientos y divagaciones se vieron interrumpidas por los jalones que el pelirosa daba en su brazo, guiándolo hacia las escaleras para finalmente dejarlo contra la pared de su habitación. Gruñó por lo bajo y sintió unas ganas enormes de golpearle aquel rostro de mandíbula afilada y mejillas infladas, hasta eso era contradictorio en ese hombre.

-¿Qué les dijiste? -apartó la mirada cuando sintió cerca la respiración de él nuevamente, se sentía acechado por primera vez. Era una sensación... un sentimiento. Algo era, que se sentía jodidamente bien. Le excitaba sentirse deseado, y ese hombre que comenzaba a alejarse de él con aquella sonrisita en el rostro le había vuelto a formar una erección. Aún con su calor un par de metros más alejado se sentía sofocado.