Juguemos!

La cruda verdad.

Agostte

Hay cosas que suelen quedarse en el alma para siempre. Marrie era una de ellas.

No sabía cómo reaccionar después de verla, con dos niños, esperando en aquel muelle a algo que nunca llegó. Se notaba triste, sin ánimos de seguir, emocionalmente desgastada si se podía definir de aquella manera.

La amaba. Indistintamente de que le diera hijos a él. Ya teníamos una historia que contar y no me importaba recrearla y estar con ella de nuevo.

Yo daba lo que fuera por ella, por eso estaba aquí.

La vi y ella a mi. Pero no tuvo gesto alguno... No lloró, no sonrió.

Fue extraño, ya no era ella o eso parecía y eso me asustaba más que nada. Que su amor ya no me perteneciera.

En medio de la policía y el estruendo mis amigos sacándola a ella de todo ese enredo y yo huyendo de la furia de Kane, no hubo ni una sola mirada de amor de su parte hacia mi. Ya no existía o eso sentía yo.

-nunca llegaste. Fue lo único que de lejos pude leer de sus labios y se marchó con Gabe...