EL CIELO Y EL INFIERNO

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El cielo y el Infierno

— ¡Darien ella es igual que su madre!—observo desde la calle como Mamoru sujeta a Darien del cuello de su camiseta.

— ¡Me importa una mierda lo que sea que supieras de su madre, ella es diferente y yo lo sé!—sacude bruscamente las manos de su padre, camina decidido hacia mí, pasa a mi lado mientras lanza su maleta al balde de la camioneta.

— ¡Tu, sé que tú vas a destruir la vida de mi hijo!—escupe cada palabra en mi rostro— ¡Y cuando eso suceda Darien no estaré para ayudarte!... ¡volverás pidiendo perdón por tu estupidez Darien!

— ¡Quien se arrepienta de todo esto será tu papá!— Darien fija sus ojos en Gea quien abraza a Rei—Lo siento— ellas asienten con sus ojos llenos de lágrimas— ¡Vamos Serena!—tira de mi muñeca hasta lograr que suba a la camioneta que hace dos días compro con el dinero que le dieron por su tan ansiada motocicleta, los ojos de Mamoru Chiba no se despegan de mí, sus odio se refleja en su mirada un odio que para mí no es entendible.

Debíamos marcharnos sin que nadie lo supiera claro con la ayuda de Rei y mi abuela, pero fue muy tarde cuando fue el mismo Mamoru quien contesto una llamada del nuevo agente de Darien.

Fue entonces que se desato el infierno, reclamos, gritos y golpes que no se hicieron esperar, Mamoru se encerró junto con Darien en su despacho dando como resultado más gritos y en resumen llegamos a este momento.

—Ajusta tu cinturón—demanda Darien ya acomodado en el asiento del conductor, el rugido del motor resuena en mis oídos acompañado de un último grito del padre de Darien.

...

No hemos hablado durante las tres horas de camino que llevamos camino The Reason de Hoobastank suena en la radio mientras Darien no hace más que observar la carretera, sus pómulo antes ligeramente amoratado ahora luce un poco más rojizo y morado.

Extiendo mi mano y presiono su muslo para que sepa que estoy junto a él que sigo aquí y que siempre estaré para él.

—Deberías parar para que revise ese golpe— su mandíbula se tensa bajo su piel haciendo que sus facciones se endurezcan aún más.

—Créeme nena que estos golpes no son nada comparado a como me siento por dentro—masculla sus palabras, mientras se detiene a un lado de la carretera, sus penetrantes ojos azules se posan sobre mí de manera intensa.

— ¿Qué fue lo que te dijo?—esa es la pregunta que ha estado matándome durante el camino— ¿Qué fue lo que te dijo tu padre Darien?—cierra sus ojos y niega rápidamente.

—No tiene importancia nena, estoy aquí, ahora mismo contigo y sea lo que sea que haya dicho para mí no tiene importancia alguna—pensé en replicar pero eso quedo atrás cuando sentí las manos de Darien en mi cintura mientras me sentaba a ahorcajadas sobre el—Serena te amo y no importa nada más, no importa lo que diga mi padre o lo inmaduros que todos crean que somos para hacer esto. Estoy contigo y haremos esto juntos ¿es así nena?

Sonrío de inmediato al ver el brillo de sus ojos azules.

—Es así Darien y siempre será así.

—Es todo lo que necesito saber para seguir adelante con nuestras vidas—sus manos se posan en cada una de mis mejillas mientras nos abandonamos a un beso que talvez sea nuestra manera de sentirnos más seguros, al menos estamos juntos y eso es todo lo que importa.

...

La música retumba en mis oídos y el olor a cigarro inunda el lugar, Darien me ha pedido que este aquí en primera fila como siempre lo hago desde que inició su primera pelea, la gente grita y el dinero sale a borbotones de los bolsillos de los apostadores, aun no sé si todo esto es legal pero según Rubeus todo esto es normal pero yo aún lo dudo.

ANSIEDAD (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora