NINFOMANA

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*Serena*

—El infierno es de los dos—leo en un susurro las palabras marcadas con tinta negra en uno de sus antebrazos, y eso es todo lo que puedo soportar.

—Rei supongo que... —una música de Ed Sheeran me interrumpe.

—Lo siento, es mi celular y es Jedaite, vuelvo enseguida—se disculpa especialmente conmigo.

—Bien, yo me marcho.

—Lo que dice el tatuaje es cierto—afirma, su voz me detiene, pero no contesto—Quiero...no, necesito hablar contigo. Necesito decirte muchas cosas Serena, pero sobre todo necesito saber cómo estás. Supe lo que sucedió después de que te marchaste de nuestro departamento—mi estómago se contrae y mis ojos se clavan en el—sí, lo sé, no me preguntes como lo supe, pero lo sé.

Mi cabeza da vueltas, él lo sabe, él sabe lo de nuestra bebe y aun así nunca me busco. Los recuerdos inundan mi cabeza.

"Lo siento, señorita Tzukino usted tenía cuatro meses de embarazo y... pues el feto era...una niña, de verdad lo siento"

—Me marcho, díselo a Rei—declaro, mis pies me conducen a la salida, abro la puerta sin percatarme de nada y camino lo más lejos que puedo. Mi pulso se acelera y me apresuro a llegar a casa, se lo que viene después de esto.

—Él lo sabía—Hablo para mí misma—lo sabía y nunca me busco, mis puños se cierran y se abren sin que pueda hacer nada.

"Hijita el sexo es lo único que te da felicidad"—la voz de mi madre inunda mis sentidos nuevamente.

—No por favor—digo con voz suplicante—no quiero esto.

— ¡Serena!—escucho a Darien gritar mi nombre— ¡Diablos, mujer espera!

Se lo que necesito y se lo que puede aliviar este inmenso dolor que me corroe el alma. Busco con la mirada un lugar donde sea fácil obtener lo que busco, entonces el rotulo de un pub se visualiza frente a mí.

Ingreso al lugar y para mi buena suerte hay hombres para escoger, me acerco a uno que tiene el cabello castaño, lleva lentes pero aun así no deja de ser hombre en este momento no me importa nada.

—Un wisky doble, seco—ordeno al barman, mis ojos sugerentes no han dejado de mirar a mi objeto de deseo, el barman pone el vaso frente a mí y lo al alzo—salud guapo—hablo en dirección de aquel hombre, él sonríe coqueto y responde, decidida bebo todo el contenido de color ámbar de mi vaso, siento el líquido quemar mi garganta hasta llegar a mi estómago, decidida avanzo hasta el, inicio una caricia desde la punta de su dedo índice hasta su hombro— ¿Cómo te llamas?

Curva sus labios en una sonrisa—Alan.

—Mmm, Alan—susurro en su oído—Alan te gustaría tener sexo rapido conmigo, detrás de este lugar hay un callejón que se ve bastante cómodo.

—No te gustaría ir a mi casa, eso sería mucho mejor—relame sus labios sin quitar sus ojos de mis senos.

—No, lo quiero ya—demande— y si no es contigo será con cualquiera de ellos, tú decides, tres, dos...

—Lo sabía, eres una ramera igual a tu madre—mi cuerpo entero se congela al reconocer la voz detrás de mí—Tu madre era igual, se revolcaba con cualquiera y siempre supe que tu serias igual.

Giro en mi lugar solo para encontrarme con la mirada llena de asco de parte de Mamoru Chiba.

— ¡Usted no sabe nada de mi madre!—espete—es más vallase al diablo—casi escupí las palabras.

ANSIEDAD (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora