Capítulo #1

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-Cariño... -habló aquella señora que dice ser mi madre detrás de mí. No le respondí así que prosiguió-Ya está aquí.

Resoplé- Voy en un rato.-respondí y sin más se fue.

Ha pasado cerca de un mes y aquella energía que tenía el día que desperté, desapareció.

Saben, es desesperante no poder recordar nada de mí, no saber quién eres, qué hiciste, de dónde vienes.

Todo es frustrante, no puedes confiar en esas personas que dicen tener algún lazo contigo ya que no los conoces, no los recuerdas.

Ver rostros tristes casi siempre, no es lo mío.
Mucho menos tener que estar en una silla de ruedas.

Ahora, esta era mi vida. Consistía en ir a terapias todos los días o cada 2 días, dormir y si tenía ganas de salir o aunque no las tuviera, ir a algún lugar a "despejarme" según.

Las terapias no eran tan malas después de todo, aquel chico rubio, que por momentos olvido su nombre, con el que hablé el día que desperté en el hospital, es quien se designó a si mismo a llevarme a TODAS las terapias y tiende a pasar demasiado tiempo conmigo, cada día en las terapias está junto a mí viendo todo lo que hago o ayudándome cuando el enfermero lindo lo requiere.

Sí, el enfermero que me atiende es lindo y mucho. En las dos semanas que llevo yendo a terapia, he sustentado buenas platicas con él y es muy atento, su nombre es Andrew, Andrew Beckam.
Y él era quien me hacía ir a cada terapia, en cuanto lo miras te transmite confianza. Es muy bueno.

Ahora, tenía que ir a mi terapia y al parecer el chico rubio ya estaba aquí.
Salí de la habitación y pasé todo un pasillo para llegar a la sala. Ahí estaban sentados y platicando con el rubio, los señores Johansson.

-Estoy lista -dije

Ellos se pusieron de pie -De acuerdo, cariño -dijo la señora Johansson mirándome y luego miró al rubio- Vayan con cuidado y cuídala, por favor -tocó su hombro y le sonrió calidamente.

-No se preocupe, está en buenas manos -sonrió él y se acercó a mí para empujar la silla de ruedas.

-Suerte, hija. Te queremos -habló el señor Johansson mientras nos abría la puerta. Sonreí leve.

Salimos y como todas las mañanas, el rubio comenzó a andar mientras empujaba mi silla en dirección al centro de rehabilitación que estaba cerca de donde ahora estaba viviendo.

Según he entendido, los señores Johansson ~mis supuestos padres~ no vivían conmigo y ni aquí en la ciudad, así que ahora con mi accidente se han mudado permanentemente a Los Ángeles y han comprado una casa que quedara cerca de todo, donde ahora vivía con ellos.

El camino al centro de rehabilitación siempre ha sido algo silencioso, el rubio y yo casi no hablábamos sólo a veces y de cosas como el bello día, la cantidad de gente que hay y el tráfico.
Pero ahora volvía a tener la misma duda de varias ocasiones... ¿Cómo se llamaba él?

-Disculpa... -hablé y miré hacia atrás para poder verlo a la cara. Él bajó la mirada y asintió para que prosiguiera hablando.- ¿Cómo has dicho que te llamas?

El rubio soltó una risa y se detuvo frente a una banca del parque que atravesabamos, me puso de frente a ella y se sentó él.

-Al parecer aún olvidas varias cosas -comentó con una sonrisa. Asentí- Bien, recuerda esto, me llamo Riker... Riker Lynch.

-Oh... -asentí mientras lo memorizaba- Riker, listo. Gracias por volverme a decir

-De nada -sonrió y besó mi frente mientras volvía a empujar la silla de ruedas. Hubo silencio nuevamente.- Es un día hermoso, ¿no crees?

Aquí vamos de nuevo...

-Si, lo creo. Como todos los días anteriores. -hablé, él rió leve.

***

-Vas progresando, Sky. Si sigues así ya verás que en poco tiempo volverás a caminar y tu vida volverá a ser como antes. -sonrió Andrew.

-Volverá a ser como antes en cuanto recupere la memoria pero gracias por tu aliento. -hice una sonrisa que pareció más una mueca.

-Oh, vamos. -se agachó delante de mí y me miró- Ya verás que no pasará de este año y todo volverá a la normalidad que hasta te olvidaras de mí. -sonrió

-Dudo que pueda olvidar a la persona que me ayudó durante tanto tiempo. -le sonreí y él a mí.

Revolvió mi cabello y me llevó a la sala de espera donde Riker se encontraba, hoy no había podido entrar conmigo.

-Ya acabamos. -habló Andrew y Riker nos miró, y sonrió.

-¿Todo bien? -preguntó Riker mientras se levantaba del sofá.

-Todo en orden -respondió Andrew- Nos veremos dentro de dos días, ayer y hoy ha hecho un gran trabajo Skyler, que descanse un rato -Riker asintió.

-Entonces nos vemos en dos días -sonrieron y se despidieron.

-Nos vemos, Skyler -puso su mano en mi hombro y me sonrió, le devolví la sonrisa.

Andrew se retiró y nosotros salimos del centro de rehabilitación.

Volvimos a andar de vuelta a casa. Ya que había silencio entre ambos, intenté sacar algo de platica.

-Hey, Riker...

-Umm...

-¿Por qué eres tú quien siempre me trae a la rehabilitación? -giré mi cabeza un tanto hacia atrás para verlo.

-Porque me gusta y pasamos tiempo juntos.

-Te das cuenta que ese tiempo juntos siempre es estar en silencio mientras me llevas y traes, ¿no? -hablé.

-Lo sé, pero también date cuenta que a veces haces preguntas y yo te respondo, aunque es un diálogo muy corto, nos comunicamos y es interesante porque cada día haces una pregunta diferente, como ahora. Es divertido. -sonrió.

-Si tú lo dices...-me escogí de hombros.

-Skyler, ¿no te gustaría hacer otra cosa después de las rehabilitaciones? Podríamos ir a algún lugar o a comer algo, te vendría mejor que llegar a tu casa y aburrirte.

Me quedé pensando varios segundos.

-Bien... quiero que me muestres los lugares a donde solía ir antes -pedí.

Él sonrió- Me parece una genial idea, avisaré a tus padres y llamaré a personas que nos harán una gran compañía -dijo entusiasmado mientras sacaba su celular.

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21 de Enero del 2018

Estúpida Amnesia 3 {Riker Lynch}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora