Word challenge.
Palabra: OrdenadorEstá frustrada.
Y enfadada.
Cabreada con todo y todos.
¡Hijo de...!
Se le ha apagado el ordenador, así, sin más. Y no sólo es el hecho de que la última vez que guardó la base de datos fue hace dos horas y estuviese a punto de terminarla (la misma base de datos que su jefa le ha pedido para la reunión de las cinco y cuarto), o que se va a tener que quedar sin comer para poder rehacer el trabajo perdido (justo hoy que ha traído estofado casero de carne de Anya... le sale TAN bien...), o no. También hay que sumar que no consigue encender de nuevo el ordenador y todos, TODOS los archivos para poder hacer la base de datos están en el disco duro de su ordenador (porque ha sido lo suficientemente inteligente como para no guardarlos en su disco duro externo...).
Suspira, sin saber qué hacer.
Vale, sí. Debería llamar al departamento informático. Pero no quiere.
No.
Sabe exactamente qué va a pasar... y no.
Verás, hoy tan sólo hay dos personas de guardia en IT, por culpa de una convención que ha obligado que media oficina se haya tenido que ir a las oficinas centrales y dejándolos con lo mínimo. ¿Quienes son estas dos personas? Su amiga Raven y... otra persona.
Lexa es consciente de que, coja quien coja el teléfono, será la... otra persona quien aparezca.
- Noooooooooo -murmura, dejando caer la frente contra la mesa.
- ¿Lexa? -llama Octavia, seguramente incorporándose para observarla por encima de la separación de sus cubículos- ¿Todo bien?
No quiere llamar, en serio.
- Hey, ¿qué ocurre? -oye a Octavia a su lado.
Suspira, antes de incorporarse.
- Mi ordenador. Se ha apagado y no se enciende -explica, señalando su monitor en negro.
- Llama a Raven, que venga a ver qué pasa.
Suena TAN sencillo
Y, si fuese hace dos semanas, no hubiese dudado en llamar y resolverlo cuanto antes. Pero porque hace un par de semanas sus amigas aún no habían sido testigos del Incidente.
¿Que qué era el Incidente?
Suspira.
Era una soleada tarde de primavera. La brisa soplaba, refrescando a los transeúntes de ese calor primaveral que ya obligaba a dejar la chaqueta en casa y llenaba las calles de camisetas de manga corta. Había quedado con sus compañeras de trabajo, Raven y Octavia, para ir a probar un pequeño restaurante que acababa de abrir cerca de las oficinas.
Así que ahí estaban, paseando tranquilamente por la calle, dirigiéndose hacia el restaurante cuando ocurrió. El Incidente.
Se comió una farola de tal forma que terminó sentada en el suelo.
No se lo esperaba, a día de hoy sigue jurando que la farola apareció de la nada cual pokemon salvaje. Y es que el golpe NO tenía NADA que ver con la rubia que se había agachado para atarse los cordones, dejando su escote a la vista de pobres e indefensas Lexas.
Desgraciadamente, Raven se dio cuenta, y no se creyó la excusa de "creí ver al doble mexicano de mi jefe y no vi la farola".
Y, aún peor, la dueña del escote resultó ser Clarke Griffin, la nueva incorporación al departamento informático. Raven se lo anunció llevándole una foto del escote de la pobre chica (a día de hoy se pregunta cuando y cómo hizo Raven esa foto) y preguntándole a Lexa si reconocía esa "pechonalidad" de algo.
ESTÁS LEYENDO
Mil Historias Por Vivir
FanfictionMil historias por vivir. Mil principios. Mil finales. Mil posibilidades. Una recopilación de relatos cortos con un tema en común, Clexa. La mayoría son independientes los unos de los otros. Algunos se enlazan entre sí. Entra y descúbrelas por ti...