Operación Tormenta del Desierto

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En el que Lexa y Clarke están en el coche, vigilando que no pillen a Octavia y Raven colándose en una casa.


No entiende muy bien qué hace ahí.

- ¿Coca cola? -le ofrece Clarke.

Niega con la cabeza.

- No entiendo qué hago aquí -murmura.

A ver, recapitulemos.

Martes, 15:17.

Salía del examen de Sociología unos trece minutos antes del final, con una sensación de satisfacción en el cuerpo. Sinceramente, lo había clavado.

Ya que había salido antes de lo previsto, y sabiendo que tenía tiempo de sobra para comer antes de su tutoría con la profesora Robertson, se fue a la cafetería.

Ese fue su error.

No había dado ni dos pasos dentro de la cafetería cuando, de repente, estaba en el suelo y alguien sobre ella.

- Pero, ¿qué...?

- ¡Woods! Dios, sí, ¿sabes dónde vive el profesor Kane? -le preguntó Raven, compañera del equipo de fútbol de la universidad.

- ¿Reyes? ¿Qué...? -intentó quitársela de encima, para poder levantarse.

Pero al parecer había subestimado la fuerza de la otra chica, imposible levantarse.

- ¡Woods! ¡Céntrate! ¡Profesor Kane!

- Raven, tía, estáis montando una escena -oyó una voz cercana.

Levantó la vista, descubriendo dos chicas, a Octavia Blake, compañera también de equipo, y, mierda... la mismísima Clarke Griffin.

Y tal vez no supiese dónde vivía el profesor Kane, ni el motivo por el que Raven necesitase tan efusivamente colarse en su casa, pero el tener coche le había valido un hueco en la Operación Tormenta del Desierto.

No, tampoco sabía, ni sabe, el por qué de ese nombre.

Mira hacia la casa del profesor Kane, viendo a Octavia y Raven, completamente vestidas de negro, en el jardín delantero. Octavia tiene medio abrazada a Raven, a quien intenta levantar hacia una ventana del segundo piso, que parece estar algo abierta. Fracaso absoluto, Raven apenas se ha separado medio metro del suelo.

- ¿Palomitas? -pregunta Clarke, ofreciéndole la típica bolsa de microondas, que ha sacado de su mochila.

Suspira, sin responder.

Saca su móvil, revisando de nuevo sus mails. Aún no tiene noticias de la profesora Robertson, y espera profundamente que le responda a su mail disculpándose por no haber podido ir a la tutoría de esta tarde y pidiendo una nueva cita. A cambio, ve que ha recibido un par de mails de publicidad, que borra sin ni siquiera abrirlos.

Oye a Clarke reírse a su lado, y levanta la mirada hacia la casa en las que sus compañeras de equipo intentan colarse. Su estrategia ha cambiado, ahora Octavia está a cuatro patas en el suelo y Raven encima, intentando llegar a la misma ventana.

- Así no van a llegar muy lejos -deja caer.

- No, pero es divertido verlas -comenta la rubia.

Lexa se tensa.

No, no va a hablar con Clarke Griffin. No quiere hablar con ella. Se niega.

Es por ello que se guarda el móvil y coge el walkie talkie del salpicadero.

- ¿Se puede saber qué hacéis? -pregunta.

Desde el coche ven cómo Octavia pega un salto en el sitio al oírla y Raven, aún de pie sobre ella, termina en el suelo, para levantarse menos de un segundo después y gritarle algo a Octavia, quien se está descojonando al tiempo que señala a la chica del suelo.

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