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CONI

Me puse el gorro de mi poleron favorito y salí de mi casa para ir a ver a mi mejor amiga. Tenía como mil mensajes del Felipe en messenger y en whatsapp. Fue tanto mi aburrimiento que termine apagando la huea de teléfono y lo guardé en la cartera trasera de mi jeans.

Abrí la puerta porque la Yuli siempre la deja junta y cuando entre, estaba estirada en el sillón grande viendo Brujillizas. Me senté en uno de los sillones chicos y comencé a ver la película, iba en la parte cuando se dan cuenta que son gemelas.

—Hola, mi amor ¿Como estai? ¿Bien y tú? Bien también, gracias por preguntar.— dijo en tono sarcástico.

—Ah, callate, deja escuchar la película.— saqué la cajetilla del bolsillo de mi poleron y prendí un cigarro.

—Txá ¿Qué huea te pasó? Andai rara.— se acomodó en el sillón y aprovecho de sacarme un cigarro de la cajetilla. —¿Es por ese weón con que el empezaste a hablar hace poco?

 —¿Es por ese weón con que el empezaste a hablar hace poco?

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—Na que ver.— me encogí de hombros y le mande una calada a mi cigarro.

—Coni, te conozco.— frunció su ceño. —Ya. Cuéntame que huea te paso culia.

—Uh, ya.— blanquie mis ojos y empecé a relatarle todos los hechos. —Se suponía que hoy día el Felipe me iba a ir a buscar y no fue, me dejó plantá.

—¿Por esa huea no te viniste conmigo, cierto?— asentí y seguí contando la huea.

—Lo esperé como media hora porque pense que se le había atrasado el bus, que se había quedado en pana, que se le cruzó un ovni en el camino, un umpa lumpa no sé, cualquier huea así pero no llegó po.— me encogí de hombros.— Al final llegué a mi casa y el weón me dijo que no pudo ir y que lo perdonará y ni siquiera lo dejé que me explicará.

—¿Cómo?— la yuli frunció el ceño. —Hueon, a lo mejor le pasó algo grave...

—No se hueon, ni me interesa. No estoy ni ahí con seguir hablando con él.

—Te gusta parece...— la Yuli me alzó sus cejas.

—¡Ay, hueon! Ni siquiera lo conozco en persona. —la mire frunciendo el ceño.

—¿Y? Por lo que sé, él no es para nada feo y se te pela brijido desde el día uno.— apagó la tele en la mejor parte de la película. —Y tú como eri tan corazón de abuela, demás que te vay a terminar enganchando.

—No sé, yo cacho que me volveré lela o volveré con el nacho.— hice una mueca con mis labios.

—Te pego si volví con ese hueon.— me apuntó con su dedo índice amenazandome. —No teni que tropezar con la misma piedra dos veces. Volver con tu ex es comerce lo que uno vomito po. Ya no sirve.

—Ya oh.— alce mis manos en señal de paz. —Pero el Nacho siempre ha estado ahí, y tú sabi muy bien esa huea.

—Ya. Al menos deja que el ¿Felipe?— asenti. —Ya, deja que el Felipe te expliqué que le pasó po, además si te pidió disculpas es porqué le importai ¿o no?

Messenger culiao.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora