Capitulo 3

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El muro ha caído. ¡Oh incautos que no esperaban lo peor!

Ahora es tiempo de llorar a mares, de huir al Sur

Sálvese quien pueda, frase que se oyó en un susurro

Mientras el hielo se derretía, la tierra se removía

Y las montañas se mecían, como hojas al viento

¿Será que en la Larga Noche el Héroe ha de aparecer? Hace años que no se sabe nada de él. Profecías auguraban su regreso, de la casa Targaryen debía nacer. Al pasar de la estrella roja sangrante, del humo y la sal renacería, a los dragones de piedra despertaría y blandiría su espada llena de luz para librarnos del mal que acecha en el largo y oscuro invierno.

Jon observó con desesperación la aparición misteriosa de aquel dragón blanco. De lejos podía ver quien lo montaba, era el mismo rey de la noche. Su corazón tembló del temor dentro de su cuerpo. Daenerys estaba encerrada en una habitación del castillo y ese caminante iba por ella, mejor dicho, iba por todos los vivos.

Fantasma se recuperó del golpe y lanzó un ensordecedor aullido. Al suyo se sumaron muchos más, y entre la espesa niebla una manada de lobos huargos hizo su aparición magistral.

El dragón dorado y el verde seguían lanzando llamaradas a sus oponentes. Destruían espectros a su paso y derretían la nieve a su alrededor. Cuando se percataron de la presencia del otro dragón desconocido, fueron a por él. El poderosos batir de sus alas se entremezclaba con los rugidos provenientes de sus fauces.

Rhaegal, que era controlado por Bran, fue directo al cuello del dragón. Viseryon hizo lo mismo pero intento morder una de las alas de su enemigo. Cosa que resultó inútil pues el dragón blanco era mucho más fuerte, más ágil y rápido que los demás. En un solo movimiento de sus alas consiguió levantarse sobre aquellos dos, haciendo que los mismos choquen entre ellos y se desequilibren en su vuelo.

El rey de la noche no perdió oportunidad y le tiró una lanza de hielo a Viseryon, que fue a darle directo en el cráneo. El dragón dorado emitió un rugido de dolor y su sangre se esparció en los aires, cayendo como una lluvia sobre todos aquellos que estaban bajo él, tanto vivos como muertos.

Fue entonces que Rhaegal lanzó una llamarada de fuego poderosa al cuerpo de su hermano caído. Bran sabía lo que hacía. Y Jon, sabía que esta lucha no iba a ser fácil.

El dragón blanco volvió entonces su atención al muro y terminó por derretir con fuego azul lo que pudo. La ola de espectros lo atravesó y se dirigió rumbo al castillo, asesinando a cualquier ser vivo que se encontrara a su paso. Guiándolos, el rey de la noche sobre su dragón blanco.

Por otra parte, Ser Jorah había abierto la puerta y tomado a Daenerys con intención de huir. Al ver que se les acercaba una oleada de monstruosos espectros, lucho con todas sus fuerzas para salvarla a ella. Logró contener a algunos, pero en un descuido un hacha le atravesó el hombro y cayó en el suelo desangrándose.

Daenerys estaba aterrorizada, sabía que el fuego los consumía y luchó con una antorcha que había cogido en su huída.

- Jorah, tienes que levantarte. Eres mi oso y eres fuerte, no puedes morir así, no así - gritaba ella mientras le daba a un espectro en la cabeza.

- Mi reina... - las palabras de Jorah ya casi no se escucharon debido a los gritos de los espectros.

De pronto, una oleada de fuego intenso fue lanzada hacia ellos. Los zombies ardieron fácilmente así como también el cuerpo de Jorah Mormont. La madre de dragones atravesó con facilidad el fuego, lágrimas caían de sus ojos violetas y se encaminó hacia la fuente de aquel fuego.

Fin del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora