La Cita

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No pasó mucho tiempo para que Fred divisara a Leila, cuando lo hizo se arregló, se peinó con la mano (no era un muy buen peinado pero que mas da) y se acercó mientras soltaba el batido. Leila estaba sentada en un columpio con enredaderas y flores cubriendo las cuerdas. Se veía encantadora ahí sentada. Vestía unos jeans negros rasgados en la zona de las rodillas, una blusa también negra con una mandala de un lobo en el centro, y ese hermoso cabello negro ondulando con la suave brisa, quedó seducido por la chica, cuando se acercó en "silencio" ella sonrió y sin dejar de mirar el horizonte dijo:–Hola Fred. Él se sorprendió y devolvió el saludo, entonces ella se levantó y lo miró.–¿No que la cita era para el sábado? Preguntó ella.
–Es que me pareció que hoy era el mejor momento. Excusó Fred.–Bueno, en ese caso que comience la cita. Dijo ella con voz pícara. Entonces ambos se sentaron en unas mesas y empezaron a conversar.–¿Tú vives solo o con alguien? Preguntó ella.–Yo vivo solo. ¿Y tú?
–Igual–Dijo ella– ¿De donde vienes?
–Soy de California.
–Yo soy de Boston pero estoy viviendo en Alemania.
Ambos hablaron sobre la primera vez que entraron en la nave y sobre algunas cosas más, todo entre risas hasta que ambos se miraron a los ojos y la sonrisa desapareció. Ambos se ruborizaron. Fred sintió mariposas en el estómago, el pulso se le aceleraba y muchas más sensaciones hermosas. Fred acarició la mejilla de Leila y posteriormente posó sus labios en los de ella, eran cálidos y llenos de esperanza, Fred sintió algo que nunca antes sintió, estaba profundamente enamorado de Leila. Sintió que un millón de fuegos artificiales explotaban dentro de él (no lo malinterpreten se sintió increíble). Cuando se separaron, Leila dijo mientras sonreía:–Tontito, no se besa en la primera cita.
–Es que te amo mucho.
Entonces se besaron otra vez, pero esta vez fue Leila quien besó a Fred.–¿Qué tal ese beso tortolitos? Preguntó la inconfundible y irritante voz de Amanda. Apenas ella terminó de decir esas palabras, Fred y Leila separaron sus labios.–¿Qué tal el beso? Preguntó de nuevo Amanda.
–¿Qué diablos haces aquí? Preguntó Fred.
–Pasaba para ver a Dulcemia y los vi besuqueandose. No perdí la oportunidad de un recuerdo. Amanda les mostró una foto que ella tomó de Freila (Fred+Leila). Fred se enojó y trató de quitarle la foto pero ella era muy hábil.–La guardaré para siempre. En eso Amanda se rió y se fue con Dulcemia.–Maldita rata. Murmuró Fred. Leila le dio un beso en la mejilla a Fred y el ánimo del chico subió. Se tomaron de las manos y caminaron hacia una colina llena de grama, se acostaron mirando hacia arriba.–¿No es raro que ya seamos tan unidos con solo una primera cita? Preguntó Leila sin dejar de mirar al cielo.–Eso cariño–Comenzó Fred–Es el amor de verdad. Ambos se miraron a los ojos e inmediatamente se besaron en los labios. Comenzó como un beso inocente pero luego empezaron a besarse con más intensidad y se revolcaban por todo el suelo hasta que fueron muy hacia un extremo de la colina y cayeron por la ladera de esta, haciendo que se separaran instantáneamente. Se lastimaron mucho pero solo reían. Se dieron un último y corto beso antes de declararse amor el uno por el otro. Permanecieron dormidos por unas horas, cuando Fred despertó estaba en una cama y no en el pasto, palpó toda la superficie para darse cuenta de que estaba en una cómoda y grande cama. Era incluso mejor que la de su casa. Miró a todos lados y vio que de una puerta (que no notó antes) salió Dulcemia con una bandeja en sus manos, la cual contenía un plato con un sándwich y un vaso de jugo de naranja. Dulcemia miró hacia la cama y se dio cuenta de que Fred estaba despierto.–Buenos días. Dijo con dulzura mientras ponía la bandeja en la mesita de noche al lado de la cama.–Tu desayuno dijo con aún más dulzura en su voz. Si ella le hablara a Fred con más dulzura probablemente se volvería diabético.–Gracias. Respondió Fred. Ella asintió y se fue. Cuando se retiró de la habitación el empezó a devorar su sándwich y a beber el jugo. En menos de lo que pensó ya no había sándwich en la mesa. Se lo comió todo en un tiempo récord de dos minutos. Esperó un poco y salió a buscar a Leila.

Igual Que Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora