S-Senpai?: La supervivencia de Tetsuhiro Morinaga

Capítulo 8

El silencio se volvió incómodo, todos miraban al azabache y hasta podrían sentir el dolor con el que pronunciaba esas palabras.

- Debe haber una buena razón por la cual no quiera conservarlo.

- No quiere un compromiso tan grande, ni siquiera sabe qué es lo que pasará con nuestra relación.

Dicho eso se levantó rápidamente de su sitio y se dirigió a la salida.

-Muchas gracias por todo, y lamento todos los problemas que les he causado hasta ahora, senpai no querrá verme ahora, así que mejor me retiro.

-Hey, Morinaga, no te vas tu... maldita sea, tienes que dar la cara por este asunto

dijo el efusivo rubio que recientemente llegaba de uno de sus recientes mareos.

-¿Pero qué se supone que haga?

-Ven con nosotros...

Lo invitó el padre de Souichi un poco serio. En cuanto casi se vio obligado a quedarse los demás siguieron hablando como si la noticia de que su Senpai no quería conservar a su hijo fuera algo tan cotidiano como hablar del clima.

A medida que seguían hablando en medio de bromas y comentarios por parte de Kurokawa fueron despidiéndose uno a uno para ir a dormir, el último en irse fue Souichi que con su embarazo no tenía bastantes ánimos o energía para quedarse a charlar con su padre y Morinaga.

El silencio reinó en la habitación hasta que el mayor se atrevió a hablar...

-¿Estás seguro de lo que dice?

-No ha dicho lo contrario, se rehusa a hablar del tema y cada vez que me he atrevido a tratar de convencerlo no hace mas enfadarse e ignorarme.

-No tengas tanto cuidado, Souichi es algo testarudo, lo conozco, sé que una vez que tengan a su bebé no querrá separarse de él, suele ser algo temperamental pero no es inhumano, además está loco por ti, aunque lo niegue y se la viva diciendo que no es homosexual, aunque ¿Cómo creerle eso si está embarazado de un hombre?

Morinaga escuchaba atento al hombre maduro hablar que parecía tener la confianza en que su senpai no se desharía de ese bebé no nato que ya adoraba tanto como a ese hombre de lentes rubio y de mal caracter.

-Sólo sé paciente ¿Sabes? Sinceramente te admiro Morinaga-kun

-¿Por qué lo dice?

-Nadie su sano juicio se habría acercado a mi hijo con intensiones románticas si sabían cómo era su carácter del demonio.

-¿Hasta usted lo sabe?

-¿Saber qué? ¿Sobre su carácter del demonio? ¿O que tu eras el único loco que se acercó a mi hijo sin conocerlo?