Llegó el día y el rey estaba dispuesto a ganar la Guerra Santa contra los demonios, demostrando la supremacía del reino de Fairelly y la gloria para los dioses.Sin embargo, algo golpeaba al interior del rey Shion aquel día, solo habían pasado 4 días desde que su esposa fue encontrada muerta en el piso de su habitación, en el fondo el gran rey sabía que en ese estado no podría pelear...
-Crees estar en condiciones para dar el golpe hoy -dice Dakugurasu preocupado-
-Creo que no existe nada que los dos no podamos conquistar ... algo así dijiste aquel día -dice pensativo Shion-
-Tienes razón... cuando des la orden tus tropas marcharan por el campo de arces para llegar al desierto de rocas ... tenía una estratega ideal para tener la ventaja contra los gigantes y por eso aquí estamos reunidos los ángeles ... para ponerle fin hoy. -responde Dakugurasu-
El rey de Fairelly dio media vuelta para ver a sus tropas, quienes esperaban las ordenes de su general para dar inicio al encuentro, Shion se dirigió a ellos:
-En ese caso ... por mi hijo ....
SOLDADOS, NO PIENSEN EN LA DERROTA, PIENSEN EN LA VICTORIA. EL ENEMIGO VIENE DE LEJOS Y QUIERE NUESTRO TERRITORIO NO LE DEJAREMOS EL TRONO TAN FÁCIL SIN ANTES TENER MI CABEZA, AUNQUE HOY SU REY MUERA, EL IDEAL NO MORIRÁ.
POR LA GLORIA DE FAIRELLY Y SU SUPREMACÍA!
-GLORIA POR SU REY!-
Los solados alabaron a su rey y empuñando sus espadas marcharon por el campo de arces y llegaron al punto de encuentro, donde se encontraron con un batallón abominable de bestias, gigantes y orcos. El gran rey, dio las ordenes para iniciar la Guerra Santa, el grupo de los ángeles barrió con cada bestia para dejarle a los caballeros de armadura pesada los gigantes. Por otro lado el semidiós no se separo de su rey, porque radicaba en él su deber de asegurar su vida y el futuro de Fairelly. Codo a codo los hermanos de armas destrozaron cada cráneo de cada orco que se les ponía al frente, Shion siempre había sido muy hábil con la espada y no se le complicaba usar algún hechizo para poder protegerse o recuperar energías; por otro lado, Dakugurasu era poseedor de un potencial de magia tan poderoso que con solo con una mirada podría partir cabezas.
El combate se había extendido a 4 horas y las pérdidas de aliados eran terribles; sin embargo, llevábamos la ventaja gracias a las fantásticas criaturas. Un ligero error llevo a Dakugurasu a tropezar con su adversario, acto que le hubiese llevado a perder la cabeza de no ser porque el rey Shion apareció para interceder con su espada entre el hacha del orco y el cuello de su amigo, acto que otro orco aprovecharía para incrustar su espada en el abdomen del rey, haciendo una hemorragia que se iba extendiendo en cada segundo que pasaba dentro. El semidiós, impactado por lo precoz de la situación que parecía actuada, realiza un hechizo que congelaría el tiempo a su alrededor dándole el tiempo necesario para levantarse y observar que a su alrededor no quedaba ningún soldado aliado con vida. El tiempo se encontraba congelado, pero Shion entre jadeos intento tratar de comunicarse con el semidiós.
-Mi hermano... nos ganaban en tropas de 3 a 2, aún así les dimos una batalla, no crees? -dice entre jadeos el rey que aún tenía una espada en el abdomen-
-Shion! en que estabas pensando, tuviste la guardia baja! -Dice molesto Dakugurasu-
-De todas maneras, no tenía nada porque volver de esta guerra... por lo menos tuve la oportunidad de salvarte la vida.... -Dice agotado Shion-
-No hables incoherencias, olvidas a tu hijo! tu reino! no puedes dejarlo todo! no te dejaré! -grita furioso Dakugurasu-
-Mi hijo ... -dice entre sollozos el rey-
-Shion ... no creo estar así mucho tiempo, cada segundo aquí esta desgarrando esa herida en tu abdomen -dice agotado Dakugurasu-
-Lo sé... es por eso que es hora cuando esa espada haga su trabajo, tú deberás de huir de aquí y hacerte con un nuevo ejercito... y por supuesto deberás de cumplir tu promesa -dice entre jadeos-
-La muerte esta empezando avanzar en ti antes que mi hechizo, en este estado no puedo curarte... y ...por favor Shion... tu reino te necesita con vida ...yo te necesito con vida! -dice Dakugurasu-
-Entonces... protege nuestro ideal y a mi hijo, gracias por todo... -dice Shion-
En aquel instante el tiempo se descongelo y la espada del orco termino por penetrar al rey, quien enseguida termino por caer en el suelo, frente a ellos yacía de pie el semidiós quien horrorizado observaba a su amigo ser decapitado por el orco que llevaba el hacha y que anteriormente había caído contra él. Eran dos orcos contra un semidiós...entonces un grito ensordecedor convertir al semidiós en ¿un demonio? ... tenía la apariencia de un hombre, de cabello gris largo, conservando la piel clara y los ojos de color verde agua, pero esta vez con un brillo terrorífico. Su vestimenta de un elegante color negro lucía rasgada, acompañada con un aura verde y negro a su alrededor ... es así como se ve un dios afligido.
¡MALDITOS BASTARDOS !
Sin tener perdón por el enemigo arraso con cualquiera que se moviera, dicho poder no le dejaba reconocer entre los aliados lo que llevó a asustar a las tropas, quienes ante inmenso poder deciden huir e evitar perecer a las manos de un semidiós. Dakugurasu, se hizo con una velocidad estupenda canalizando suficiente energía para ir decapitando a cada orco, gigante o bestia que tuviese a su alrededor. No le llevó tanto tiempo y derivó a todos ... y a cada uno de ellos con su lanza que aún lucía flotando en el aire cubierta de sangre, al terminar su labor el se detuvo y cayó cansado a la tierra entre los miles de cuerpos que yacían inertes.
Unas horas después el semidiós despertaría, aún confundido por lo sucedido, se sentó en el suelo y tomo consciencia de lo que había hecho, horrorizado volvió a ver sus manos cubiertas de sangre y a su lado estaba la lanza con la que había matado a todos, le causa tanta repulsión que no pudo evitar vomitar para después recuperarse. Camino por el campo de cuerpos ... hasta que se encontró con la cabeza de su amigo ... no podía creerlo, el rey de verdad había muerto... fue entonces quien conmovido por su tristeza derramó lágrimas que le hicieron recuperar su forma original... y entre sollozos suplico por la vida de su amigo a su padre.
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El Trono de la Reina Benevolente
FantasyEl fantástico reino de Fairelly se vuelve presa del desorden y el caos que sumergen a sus reyes a cometer inimaginables pecados generando el horror de sus dioses, quienes asqueados de la repugnancia de la humanidad deciden castigarles, pero su maldi...