Capítulo #6. Parecen niños

125 12 0
                                    

Noah

No podía con su cara de desilusión y enojo, iba a volver a reírme para decirle que venía por mi padre y ella, pedirle perdón por todo y que la enamoraría mejor que antes. Me valía madres si me volvía cursi; mi padre me enseñó a sólo ser romántico con la mujer que amo y tú amas y sigues haciéndolo.

La vi dar media vuelta e irse, cuando fui detrás de ella para decirle todo, alguien se le acercó por detrás y comenzaron a bailar. Era Marco con ganas de tirársela en medio de todos en la discoteca, como sus manos la pegaban a su cuerpo, como aspiraba su olor.

Mi rabia era evidente, al igual que los celos, lo iba a matar, juro que lo mataría y a ella por fácil, era su amigo, ¿será que ya se lo ha tirado? No lo creo, es imposible, sé que sigue siendo la niña amorosa, tierna y llena de sueños, no sería capaz de matar ni a una mosca.

- Hola lindo. – Siento una mano en mi espalda, la mujer llega al frente mío. Es bella, su cabello, ojos, gran busto, operados pero bonitos; sus labios eran algo... grandes.

- Hola, ¿deseas algo? – me mira y muerde su labio inferior, pasa sus manos de arriba hacia abajo por encima me mi camisa negra. – Te deseo a ti lindo – sin más, dio la vuelta y se pegó a mí para bailar, nos movíamos lentos, jugaba con mi miembro encima del jean, no dejaba de moverse, sabía que le gustaba y le gustaba torturarme.

Agarro su mano y la conduzco a un baño, cierro la puerta con seguro; al voltearme ella besa mis labios, es agresiva, sé que quiere que lo meta en su vagina, pero soy experto en torturar a una chica en la cama o a la hora de cogérmela. Es muy buena besando, me la imagino allá abajo, ya mi miembro despierta un poco más.

Me conduce a un lado del lavamanos. Se arrodilla y saca mi pene, este se hallaba en erección, juega con él en su mano, se siente genial como me lo mueve en su mano; quito el cabello que estorba en su cara y en mi pene. Como puedo le hago un moño. Se lo mete a la boca y comienza chupar, se siente genial,

Echo mi cabeza hacia atrás, la maldita sabe mamar y me tiene en la gloria, se siente genial, sólo alguien me lo ha mamado así y es... "Aria"; todo iba bien hasta que pensé en ella. Subo su top hasta el cuello, ella pone mi pene entre sus senos y comienza a jugar con ellas.

Sale un gemido de mi boca, en vez de jugar con ella, esta juega conmigo. Llevaba ya diez minutos en lo mismo y ya estaba listo para follarme la, así que le devolví el jueguito previo que hizo conmigo; la paro y la subo al lavamanos, quito sus jeans y su ropa interior.

- Wow, no creía que fuera tan grande, follame, mételo dentro de mí bebé – odiaba que me dijeran así todas las chicas: no puse atención, sólo fui directo a lo que deseaba, cogérmela.

Meto un dedo en su vagina, ella gime y mueve su pelvis de arriba hacia abajo al sentir el movimiento de este, cada vez más rápido; aumento metiendo dos dedos de más, ella se mueva más y más rápido, le cabe mi cuarto dedo; no deja de gemir duro

- Bebé me vengo – dice entre gemidos, las paredes de su vagina se sienten cerrar, deja de mover su pelvis y sé que ha llegado al clímax. Le sale un pequeño grito, está lista para mí; acerco su vagina a mi pene y lo muevo en la entrada de su vagina, agarra mi camisa para que pueda pegarme más a ella, para que la penetre. Sin pensarlo la penetro muy duro y ella grita; mis movimientos son duros y seguros, se aprieta sus senos y no deja de gemir; me muevo rápido, la cojo de la cintura en el momento que siento que voy a llegar, no paro, voy rápido hasta el momento que llego.

Al salir del baño, coge mi mano al verme que miro la mesa dónde está Aria con todos los trabajadores de mi padre, ellos son sus amigos – Veo que eres otro fan de Aria Baldenaches o como los hombres la llaman, "diosa del sexo" –

Amor de prostitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora